El clásico más popular
| 14 de Mayo de 2016 | 01:46

Conocido universalmente por las composiciones que firmó en los 60 para el emblemático cuarteto inglés The Beatles, la trayectoria de Paul McCartney siguió de la mano de Wings -la banda que formó junto a su fallecida esposa Linda en los 70- y continúa hasta la actualidad con una prolífica etapa solista que comenzó en los 80.
Inquieto, “Macca” no se ha dejado encasillar y su producción artística, que incluye discos monumentales con The Beatles como “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, “The White Album” y “Abbey Road”, también ostenta composiciones de música clásica.
Con algunos amagues que fueron sentando desde los 60 su gusto por el campo académico, como su fascinación por los arreglos de cuerdas y vientos en canciones como “Eleanor Rygby”, “Penny Lane” y, entre otras, “A Day in The Life”, transitó su desembarco con un proyecto instrumental al firmar la música del filme “The Family Way” (1966) y, más tarde, con el disco “Thrillington” (1977) -bajo el seudónimo de Percy “Thrills”-, concebido a la par de canciones cargadas de apoteosis orquestal como “Live and Let Die” (1972).
“Liverpool Oratorio” (1991) fue su primer disco clásico, seguido de “Standing Stone” (1997), “Working Classical” (1999), “Ecce Cor Meum” (2006) y “Ocean’s Kingdom” (2011).
LIVERPOOL ORATORIO
“Liverpool Oratorio” (1991) fue la primera incursión oficial de Paul McCartney en la música clásica, una obra de carácter sinfónica hecha en colaboración con Carl Davis, para conmemorar el 150 aniversario de la fundación de la Royal Liverpool Philharmonic Society.
El disco registra el estreno de esta pieza de ocho movimientos grabada en junio de ese mismo año en la Catedral de Liverpool, con la asistencia de McCartney y la presencia de las cantantes Kiri Te Kanawa, Jerry Hadley, Sally Burgess y Willard White representando a los personajes de la pieza.
La historia relata la vida de McCartney a través del personaje Shanty que, al igual que él, nació en Liverpool en 1942. Tras sus días en la escuela, Shanty comienza a trabajar y conoce a su futura mujer, Mary Dee. Siguiendo a la muerte de su padre, Shanty y Mary Dee se casan y luchan por mantener el equilibrio de su matrimonio y sus respectivas carreras. Tras una pelea, Mary Dee revela que está embarazada y tras sobrevivir a un fatal accidente, da a luz a su primer hijo, cerrando el ciclo de la vida en Liverpool. Tras su publicación, la reacción comercial de Liverpool Oratorio fue fuerte, con el álbum pasando varias semanas en lo alto de la lista de discos de música clásica más vendidos, e incluso entrando en el puesto 177 de la lista estadounidense Billboard 200. Sin embargo, la reacción crítica fue menos positiva, y el unánime veredicto en torno al trabajo lo describió como “simple”, “demasiado largo” y, dada sus aspiraciones, “insustancial”.
STANDING STONE
Seis años después de “Liverpool Oratorio” llegaría “Standing Stone” (1997), su primera sinfonía completa, fruto de cuatro años de trabajo. Se trató de un poema sinfónico de 75 minutos, grabado con la Orquesta Sinfónica de Londres y sus coros bajo la dirección de Lawrence Foster, todo ello encargado por la compañía discográfica EMI con motivo de su centenario.
Estos cuerpos, precisamente, interpretaron por primera vez en vivo el “Standing Stone” el 14 de octubre de 1997 en el Royal Albert Hall londinense, en una actuación a beneficio de The Music Sound Foundation.
Según explicara McCartney en aquel entonces, esta obra no implicó una ruptura con su pasado sino más bien una evolución. “A lo largo de mi carrera musical, más que estar parado en un sitio, me he movido saltando de una piedra a otra; es una educación continua para mí”, dejó por escrito Paul en el booklet que acompaña el disco.
La portada del álbum es una fotografía tomada por su esposa Linda, su compañera de toda la vida, quien fallecería un año después, en 1998, víctima de un cáncer de mama.
WORKING CLASSICAL
“Working classical” (1999), tercer apuesta clásica del ex Beatle, incluye tres piezas orquestales, y fue estrenado en la Philharmonic Hall de Liverpool, ese mismo año.
El álbum lleva un título cargado de simbología para Paul: siempre orgulloso de su pasado proletario, McCartney mezcló el trabajo (work, en inglés) invertido en componer, con la noción de la clase trabajadora (class) de la que proviene. El hecho de que las tres principales composiciones -“A leaf”, “Spiral” y “Tuesday”- sean orquestales, le permitió apropiarse también del resto de la palabra, classical.
Pero además de esta gran impronta orquestal, “Working classical” es, ante todo, un homenaje a su esposa, una declaración póstuma de amor, con arreglos para cuerda de varias de las canciones de amor que escribió durante su matrimonio, con ayuda del cuarteto de cuerdas estadounidense Loma Mar en títulos como “My love”, “The lovely Linda” o “Maybe I”m amaced”. La enfermedad de su mujer también está presente con la triste y emotiva “Somedays”. El cantante había reconocido que el disco lo ayudó a unirse aún más con su esposa. “Al elegir la música para los funerales de Londres y Nueva York, pensé que a Linda le habría gustado escuchar estas canciones escritas para ella con unos arreglos de cuerda”, reconoció en aquel entonces.
ECCE COR MEUM
Tras varias temporadas en las que le costó encontrar la inspiración producto del duelo en el que estuvo inmerso por el fallecimiento de Linda, en 2006 llegó “Ecce Cor Meum” (“He aquí mi corazón”), su cuarto trabajo de música clásica.
“Ecce Cor Meum” es una oración de cuatro movimientos, acompañada de coro y orquesta, y cuyo texto combina letras en inglés con algunos párrafos en latín.
Producida por John Fraser, “Ecce Cor Meum” se grabó en 2006 en los estudios londinenses de Abbey Road, entre el 13 y el 17 de marzo. Los intérpretes son la soprano Kate Royal, los Muchachos del Coro del King’s College, los del Magdalene College, y la orquesta de la Academy of St. Martin in the Fields, todos bajo la dirección de Gavin Greenway.
En 2007, “Macca” ganó el Brit Award al mejor disco de música clásica por “Ecce Cor Meum”, imponiéndose al proyecto de música renacentista ‘Songs from the Labyrinth’, de otro conocido artista no clásico, Sting, ex vocalista de la banda Police.
OCEAN’S KINGDOM
No conforme con su producción clásica, Paul fue por más y editó, en 2011, la primera pieza musical compuesta para un ballet, ‘Ocean’s Kingdom’, inspirada en la pureza del océano y en un romance subacuático.
El ex Beatle visitó en 2010 el montaje de “Giselle”’ de la Royal Opera House de Londres para imbuirse del espíritu de este medio artístico y conversar con los bailarines. Allí decidió que necesitaba contar una historia con su música.
Apenas dos meses después de aquella visita, Paul McCartney ya tenía listo un boceto basado en “la pureza del océano”, que en versiones posteriores terminó relatando el devenir de un romance en una civilización submarina amenazada por la hostilidad del mundo de la superficie.
El genio de Liverpool, que aseguró en aquel entonces haber abordado esa obra “con el corazón” a falta de otros conocimientos técnicos, explicó que lo más interesante del proyecto era “escribir música que transmitiera algo realmente expresivo, más que una canción” y que jugó con “el miedo, el amor, la ira y la tristeza”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE