Polimialgia reumática

Por DR. NORBERTO FURMAN
DOCTOR EN KINESIOLOGIA Y FISIATRIA

El saber diagnosticar a tiempo una enfermedad reumática, ha sido y sigue siendo uno de los mayores problemas que a diario enfrenta el médico y que sin duda, condena o beneficia al paciente.

Existen enfermedades difíciles de determinar su origen y que hasta que esto sucede, el enfermo peregrina por diversos consultorios, sufriendo sin encontrar su tan ansiada solución.

La polimialgia reumática es una de esas afecciones y que si bien es considerada cruel por los sufrimientos que produce, sorprendentemente tiene rápida y concreta solución.

Es un síndrome de origen desconocido que se presenta generalmente en personas mayores de 45 años, que se encuentran en buen estado de salud.

En ocasiones comienza con malestar general, falta de apetito, pérdida de peso, depresión y algunas líneas de fiebre.

El paciente se queja de dolores y rigidez en sus hombros y cuello principalmente, lo que le impide elevar los brazos para colgar una percha, acomodar algo en alguna alacena o simplemente peinarse, levantarse de la cama o vestirse.

También sufre dolores de caderas y muslos.

Cada vez que se mueve aumenta su molestia, motivo por el cual merma todos los días un poco de actividad, llevando su cuerpo a una pseudo invalidez.

En ocasiones el dolor despierta al enfermo con lo que se interrumpe el sueño y esta falta de descanso la arrastrará durante todo el día.

Muchos pacientes se quejan de debilidad muscular con la frecuencia habitual, provocando atrofias por desuso.

Ante esta situación, el enfermo encuentra limitaciones para subir una escalera, levantarse de una silla o de la cama, situaciones que aumentan su depresión.

No es infrecuente que todo este cuadro se confunda con una enfermedad maligna, cosa que no es tal, pero hasta que se comprueba la existencia de la polimialgia reumática, tanto el enfermo como su familia, viven una preocupación con su consecuente componente de incertidumbre.

Sorprendentemente, esta afección de características relativamente dramáticas, tiene soluciones concretas y específicas, ya que responde a una medicación que logra mejorar espectacularmente al paciente en tan solo dos o tres días; a los ocho o diez días se observa la normalización tanto de los movimientos, el cansancio y los valores en los análisis, quedando los intensos dolores y la rigidez como una pesadilla en el pasado que nadie quiere volver a vivir.

La afección deber ser controlada por el especialista durante un tiempo prudencial, para evitar futuras recaídas que pueden producirse en las polimilagias reumáticas.

En definitiva, hoy se sabe mucho más de las dudas que el mundo de la reumatología planteó durante décadas e indudablemente la ciencia nos irá brindando soluciones, producto de noches de desvelo de médicos y científicos de toda índole que no descansarán hasta que usted esté a salvo de las enfermedades que a diario lo acechan.

 

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