La imagen de otro bebé ahogado desnuda el drama de los refugiados

La terrible foto del pequeño en brazos de un rescatista en el Mediterráneo conmueve al mundo

La foto de un bebé ahogado en los brazos de un rescatista alemán en un barco difundida ayer, dio en pocos minutos la vuelta al mundo evidenciando la dramática crisis humanitaria que viven cientos de miles de refugiados y que en la última semana dejó mil muertos en el Mediterráneo, según una nueva estimación. Distribuida a varios medios por la organización humanitaria alemana Sea-Watch que trabaja en rescates de barcos entre las costas de Libia e Italia, la terrible imagen muestra a un bebé de menos de un año de edad muerto acunado en los brazos de un hombre.

“Tomé el brazo del bebé (para sacarlo del agua) y de inmediato protegí el pequeño cuerpo en mis brazos, como si aún estuviera vivo, el sol brillaba en sus ojos inmóviles”, recordó el rescatista. “Hace sólo seis horas este niño estaba vivo”.

El bebé fue sacado del mar el viernes tras naufragar el barco de madera en el que viajaba junto a otros cientos de inmigrantes. El bote salió de Libia, cerca de la ciudad de Sabratha el jueves en la noche, posteriormente empezó a inundarse y se hundió, según relataron los sobrevivientes. Al puerto italiano de Reggio Calabria llegaron 45 cuerpos el domingo, transportados por un barco de la marina italiana que rescató a 135 sobrevivientes del mismo incidente.

No se sabe mucho acerca del pequeño que, según información de Sea-Watch, fue entregado de inmediato a la marina italiana. Los rescatistas no pudieron determinar si el infante era niño o niña y tampoco se sabe si su padre o madre estaban entre los sobrevivientes.

“Sea-Watch publica estas trágicas fotos para hacer tomar conciencia de que este drama es una consecuencia de las políticas externas de la Unión Europea”, sentenció la organización en un comunicado. “Si no queremos ver este tipo de imágenes -agregó el fundador de la ONG, Harald Hoppner-, tenemos que dejar de producirlas”.

Sea-Watch, como tantas otras organizaciones humanitarias locales e internacionales, ayuda a miles de refugiados e inmigrantes que todos los días intentan cruzar el Mediterráneo en precarias embarcaciones para construir una mejor vida en Europa, y reclama a Bruselas vías legales y seguras para que los desesperados que a diario se lanzan al mar desde el norte de Africa para escapar de la guerra, la violencia y el hambre, puedan hacerlo sin poner en peligro sus vidas.

EL RECUERDO DE AYLAN

Así como sucedió con la foto del niño sirio de tres años Aylan, tendido sin vida en una playa turca el año pasado, la imagen del pequeño le pone un rostro humano a la tragedia de más de 8.000 personas muertas en el Mediterráneo desde comienzos de 2014. Ayer, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirmó que en la última semana murieron “al menos 1.000” personas en el Mediterráneo en diversos naufragios, según testimonios recabados de sobrevivientes. El domingo, un informe de la ONU había estimado esa cifra en 700 fallecidos.

Desde la conmoción global que provocó la imagen de Aylan, más de 340 chicos y bebés murieron ahogados en el Mediterráneo intentando llegar a una Europa cada vez más hermética. Desde septiembre pasado, los países europeos levantaron vallas, pusieron controles en sus fronteras y reforzaron los límites exteriores del bloque para evitar la llegada de nuevos refugiados e inmigrantes. No lo lograron, y sólo aumentaron las ganancias de las mafias que aprovechan la desesperación de estas personas y profundizaron la crisis humanitaria, en el mar y en el propio continente europeo.

EL RECUERDO DE AYLAN
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