Báez acusa a Casanello de encabezar una "venganza popular"
| 5 de Mayo de 2016 | 18:45

El empresario Lázaro Báez, detenido hace exactamente un mes, acusó hoy al juez federal Sebastián Casanello de encabezar una "venganza popular" en su contra, a través de "procedimientos inquisitivos", que implicaron su detención, allanamientos y la incautación de sus bienes, para saciar "una exigencia mediática de castigo".
Fuentes judiciales que Báez aseguró que "lo están persiguiendo por ser un empresario con plata" y se quejó por la investigación que encabezó en su contra la fiscalía a cargo de Guillermo Marijuan, quien encabezó los procedimientos en Santa Cruz la semana pasada para incautar los bienes del empresario.
En el escrito que presentó como descargo, Báez se quejó de la velocidad que en las últimas semanas tomó la investigación: "el ritmo impuesto al legajo, así como la dirección de la investigación, revelan la mutación de una investigación seria y conducida bajo estrictos parámetros de respeto por el derecho de defensa y el debido proceso, a la consagración del más primitivo sentimiento de venganza popular (y judicial) canalizado a través de la mera protocolización de actas que se incorporan a un legajo en orden sucesivo".
"Se da respuesta a una exigencia mediática de castigo cuya virulencia parecería legitimar el conjunto de medidas infundadas que lastiman los derechos y garantías constitucionales más básicos, como la libertad, el patrimonio, la propiedad, el debido proceso y la inocencia", dijo.
Y añadió: "este proceso conserva más similitudes con los métodos de la sagrada inquisición para el "juzgamiento" de culpables que con uno de la actualidad. La hoguera mediática alimentada por distintos actores, incluso judiciales, a diario, no está exenta del tratamiento referido. El legajo seguramente será calificado en el futuro como el Malleus Maleficarum de la actualidad. Así será evocado y recordado dentro de pocos años".
Criticó a Casanello por su "arbitraria selección de palabras" que conformaron su imputación sin "pruebas en el expediente que admitan" una "imputación penal", pero remarcó que su acusación "no identifica nada" sino que solo "se describe una operación financiera que, observada desde la actualidad normativa, no constituye infracción alguna al ordenamiento legal", a lo que se les suma "en forma arbitraria y caprichosa, una consideración general de ilicitud de los fondos utilizados para llevar adelante esa operación".
"Me han informado que mi palabra, en esta situación, está íntimamente vinculada a la posibilidad de ser oído, de defenderme. Sin embargo, le pido al juez que antes de convocarme a defenderme de algo, describa ese "algo" como un acontecimiento ilícito. Y si sucede como en el caso, que no lo puede hacer, directamente le solicito -por expresa imposición de la ley- que no me convoque", advirtió.
Por otra parte, Báez admitió que su empresa Austral Construcciones SA recibió casi 209 millones de pesos de la firma suiza Helvetic Services Group y, aseguró que esa plata era un préstamo para "participar en la construcción de las represas de Santa Cruz".
Báez apuntó además a su sociedad con la firma Calcaterra, del primo del presidente Mauricio Macri, y disparó contra la empresa Electoingeniería por haberse quedado a través de una "licitación irregular" con la licitación para construir las represas "Néstor Kirchner" y "Jorge Cepernic".
Distintas versiones indicaban en las últimas horas que Báez podría convertirse hoy en un nuevo arrepentido en la causa por la "ruta del dinero k", tal como lo hizo Leonardo Fariña el 8 de abril pasado cuando -en el rol de imputado colaborador- reveló detalles de las operatorias de su ex jefe y el ex presidente Néstor Kirchner para hacer negocios con la obra pública.
Pero eso no ocurrió: Báez llegó a primera hora desde la cárcel de Ezeiza y cerca de las 10 de la mañana fue trasladado al cuarto piso, al despacho de Casanello, donde entregó el escrito acompañado por sus abogados.
Se quejó porque en la cárcel no le llega correctamente la medicación de que se necesita para sus problemas de diabetes e hipertensión y luego volvió a prisión.
En su descargo, Báez justificó la legalidad de la operación que se hizo cuando se transfirieron unos 208 millones de pesos desde SGI a Helvectic Service Group mediante la adquisición de bonos públicos, que luego se transferían en dólares a Suiza y volvían a país depositados en el patrimonio de Austral.
Báez aseguro que Helvectic era una "reconocida" empresa que les prestó dinero para participar de la licitación para la construcción de las represas del sur en una Unión Transitoria de Empresas (UTE) con Austral Construcciones, la empresa Iecsa (del grupo Calcaterra) y una compañía china.
Tras recordar que esa licitación la perdieron a manos de Electroingeniería mediante una adjudicación que él consideró "irregular", Báez propuso llamar al resto de los empresarios para que respalden sus dichos.
Fariña -desde su rol de imputado colaborador- le recomendó a Báez que hablara: "Seguro va a pensar que, estando preso, si calla va a actuar en código para sus jefes y mágicamente le va a venir una mano. Eso nunca va a pasar (...); espero que diga lo que realmente pasó para que no les cague la vida a los hijos".
Martín Báez, hijo del empresario y protagonista del video de La Rosadita, ya está procesado y debe declarar mañana por la misma operatorio por la que hoy había sido convocado su padre.
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