Hay que “asumir el costo socioambiental de vivir en una ciudad"

El ecologista Carlos Vicente consideró que llegó la hora de que los habitantes de las grandes urbes "empiecen a asumir el costo socioambiental de vivir en una ciudad", es decir el impacto en los recursos de todo orden generado por la demanda humana.

Investigadores hablan de la huella ecológica de vivir en una ciudad como por ejemplo, Buenos Aires, una megalopolis en la que, según el censo del 2010, viven casi 13 millones de personas en 2590 km2 que corresponden a 26 partidos y que representa al 32% de la población total de la Argentina.

"Vivir en Buenos Aires en realidad abarca territorios mucho más amplios que implican el extractivismo para que haya productos para consumir en la ciudad, los kilómetros que recorren los alimentos, la cantidad de comida que se deshecha", planteó Vicente.

Añadió que "no hay manera de repensar un futuro si no se repiensa el crecimiento brutal de las urbes en América Latina, Asia. La urbanización implica alejarnos de que somos naturaleza, perder de vista que la necesitamos para comer, para esparcimiento, para respirar y ni hablar de la energía que se necesita para que todo funcione".

En cuanto al cambio de matriz energética de la Argentina con el desarrollo de energías renovables, Vicente se mostró escéptico al considerar que "no puede ser que la producción de energía no convencional venga de la mano de las corporaciones. En México grandes empresas para instalar torres enormes desplazan comunidades".

"El discurso es bonito y no es que seamos muy radicales pero tenemos una crisis tan grande que no se puede emparchar. En algunos barrios de Quilmes en el 2015 tuvieron 10 inundaciones con el agua dentro de las casas, igual que en Santa Fé y en La Plata. Tenemos que pensar en todo eso", concluyó.

 

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