Más de la mitad de los argentinos apenas logra ver las estrellas
| 18 de Junio de 2016 | 01:37

“Para ver bien las estrellas, un platense tiene que recorrer hoy unos cien kilómetros hasta Punta Indio o General Belgrano, y ni siquiera ahí se tiene una visibilidad ideal”, reconoce Martín Schwartz, el director técnico del Planetario de La Plata al graficar una problemática que, aunque inadvertida por la mayoría de la gente, alcanza actualmente una de las expresiones más altas en nuestro país.
Y es que según reveló el nuevo Atlas de la Contaminación Lumínica -un mapa realizado por científicos de Alemania, Estados Unidos, Italia e Israel-, Argentina se encuentra entre los ocho países del mundo con mayor porcentaje de su población afectada por el exceso de luz artificial: el 57% de los argentinos apenas logra ver los cielos estrellados debido a este tipo de polución.
La contaminación lumínica, el resplandor que forma la luz proyectada hacia el cielo al reflejarse en los gases y partículas de la atmósfera, es un fenómeno que viene creciendo a lo largo de las últimas décadas a nivel mundial. Tanto es así que, según muestra el nuevo Atlas, el 83% de la humanidad vive ya privada de una buena visibilidad del cielo noctuno y hay ciudades en Estados Unidos y Europa donde los efectos de la polución lumínica alcanza al 99% de su población.
Realizado en base a datos del satélite Suomi de la NASA y decenas de registros provistos por científicos y aficionados de todo el mundo, el nuevo Atlas señala a Singapur como el país mayor porcentaje de su población afectada por la contaminación lumínica. Tras él se ubican Kuwait, Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudita, Corea del Sur, Israel, Argentina, Libia y Trinidad y Tobago. En el extremo opuesto del ranking, con los mejores cielos nocturnos, se hallan Groenlandia, Somalia y Mauritania.
“Es un problema que crece año tras año y del que no se tiene mucha conciencia ni se cuenta tampoco con legislación en nuestro país. Las ciudades no se ocupan en general de cuidar que su alumbrado público no emita luz innecesariamente hacia el cielo; y la gente tampoco lo tienen en cuenta al comprar el tipo de artefacto de iluminación que coloca en el patio o en el jardín”, comenta el director del Planetario local.
Lo cierto es que por este tipo de descuido, “en la provincia de Buenos Aires ya no hay un solo lugar donde uno puede observar el cielo sin que aparezca en el horizonte el resplandor de alguna ciudad. Incluso los mejores sitios de observación astronómica del país tienen ya cierta contaminación”, reconoce Schwartz.
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