Abusos en el transporte público: se denuncian hasta cien casos diarios

Así surge de los datos manejados por una asociación civil. El peso del machismo cultural.

Sucede en trenes, colectivos, en el subte: cada día, se estima que alrededor de un centenar de mujeres sufren alguna forma de acoso o abuso en el transporte público en la capital federal y la provincia de Buenos Aires. Los datos corresponden a una ONG, Defendamos Buenos Aires, e ilustran el alcance de un problema que tampoco es exclusivo de porteños y bonaerenses: en Córdoba, el municipio implementó una campaña contra el acoso en colectivos después de que una encuesta revelara que el 37% de las usuarias de ese servicio sufren algún tipo de acoso mientras viajan.

Este problema volvió al centro del debate en las últimas horas, después de que la legisladora porteña Graciela Ocaña propusiera la implementación de vagones exclusivos para mujeres en las líneas de subte de Buenos Aires, una medida similar a otras actualmente vigentes en ciudades como Tokio, Río de Janeiro o el Distrito Federal, en México, donde obtuvo resultados dispares (ver aparte).

polemica

El proyecto presentado por Ocaña recibió críticas de parte del Gobierno, de usuarias del subte y de dirigentes feministas, quienes consideraron que el problema del acoso en el transporte público se vincula a cuestiones culturales de gran arraigo y no se soluciona segregando a las mujeres a coches exclusivos para ellas.

El controvertido proyecto fue presentado por Ocaña el último martes y propone que las formaciones de la red de subterráneos de Buenos Aires cuenten con vagones exclusivos para mujeres de lunes a viernes de 7 a 10 y de 17 a 19.

La propuesta no obtuvo eco entre usuarios del subte. Una pasajera, identificada como Sonia (32) dijo que esa idea es “muy rara” y agregó que “no es la solución a ninguno de los problemas del viaje. Se viaja muy mal, casi no te podes mover, siempre hay algún tema con la frecuencia”.

La mujer, que esperaba una formación en la estación Leando N. Alem de la línea B, consideró que “la solución no es hacer un vagón solo para mujeres, hay hombres decentes y que respetan y otros que no. Es cuestión de educación, de trabajar estos temas en la escuela; además de respetar a las mujeres, respetar a todos”.

Otra usuaria, identificada como Julia, de 35 años, aseguró que “no soluciona nada esta medida, es una cuestión de educación, de conciencia, hay que generar un cambio en la sociedad, no creo que se gane nada no dejando entrar a los hombres a un vagón”.

La iniciativa plantea que las mujeres que lo quieran podrán usar los vagones exclusivos, en tanto que estará prohibida la permanencia de personas de sexo masculino en las formaciones señaladas.

El proyecto indica que los vagones estarán identificados “de forma clara y visible” y asimismo “se informará sobre su existencia en todas las estaciones correspondientes a las líneas del subterráneo”.

Por último, sostiene que las mujeres que viajen con niños de hasta los 13 años podrán acceder a los coches exclusivos en compañía de los menores.

Ocaña dijo que “los casos (de acoso) que llegan a ser noticia en los medios de comunicación son una minoría en relación a los que ocurren diariamente”.

La legisladora reconoció que la solución de esta problemática necesita de un “abordaje integral” pero destacó que su iniciativa ya se ha implementado en otros países con buenos resultados. Según explicó, en México, tras la incorporación de los vagones exclusivos para mujeres “las denuncias por abuso sexual se redujeron en un 26%”.

Por su parte, el secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, Roberto Pianelli, opinó que el proyecto “no es una cosa descabellada”. Puntualizó sin embargo que a diferencia de otras ciudades latinoamericanas donde este sistema se implementó, en Buenos Aires “no ha habido situaciones graves” de acoso.

subte y trenes

Los legisladores Paula Oliveto Lago y Javier Gentillini rechazaron el proyecto al considerar que “no apunta al problema de fondo”.

En tanto, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, rechazó el proyecto al manifestar que “es un sistema que no tiene ninguna lógica” porque podrían darse situaciones de violencia de género “en cualquier otro transporte”.

“No funcionaría y no lo veo como una solución de un problema, todo lo contrario, lo veo como rendirse ante este tipo de situaciones”, sentenció el funcionario.

Mientras tanto, y según los datos que maneja la ONG Defendamos Buenos Aires, la mayor cantidad de casos de acoso se producen en el subte y en los trenes.

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