Humilde, pero un equipo

Por primera vez en mucho tiempo nuestros jugadores dejaron de lado el vedetismo y pujaron por un objetivo común con resultado positivo

Al margen del triunfo de Federico Delbonis sobre Fabio Fognini, que selló la serie 3-1 en favor del equipo argentino sobre el italiano y permitió la clasificación a las semifinales de la Copa Davis, lo más importante que dejó la expedición por la ciudad de Pesaro es que los jugadores de nuestro país, por primer vez en mucho tiempo, conformaron un verdadero equipo. De lado quedaron hasta aquí los vedetismos, el protagonismo extremo que tuvieron las estrellas de otros momentos, y de la humildad de este conjunto sin tenistas con ranking notorio ni pergaminos rutilantes se forjó un éxito global que merece ser destacado.

Nadie sabe qué pasará en las semis cuando nos entrenemos con Gran Bretaña, un elenco naturalmente más fuerte que el nuestro y que cuenta con una figura de enorme relevancia como Andy Murray, quien viene de ganar nada menos que Wimbledon. Pero aun si nos tocase caer, algo a lo que la gran mayoría apostaría en detrimento de nuestras chances, una conjunción como la que se dio en esta serie ante los “tanos” podría dejarnos con el sabor de la dignidad que sienten quienes, cuando se ven inferiores ante un gran desafío, sacan lo mejor de sí en pos del objetivo común, sin escatimar esfuerzos ni anteponiendo egos.

Juan Martín Del Potro aprendió esta lección mientras estuvo fuera de las canchas aquejados por las lesiones. Y se reinsertó en el equipo de Copa Davis desde el mismo escalón que Delbonis, Guido Pella y Juan Mónaco quienes, con mucho menos cartel, vienen sosteniendo como pueden el sueño argentino de llegar algún día a ganar la Copa Davis. Ellos, como Leonado Mayer en los últimos tiempos, dejaron de lado sus preferencias individuales en el circuito y le dijeron sí a la Davis, después de tantas idas y vueltas en los últimos años, sinsabores, salidas de jugadores emblemáticos y demás.

Y Del Potro, una verdadera estrella desde su potencialidad, pese a que su ranking no muestra eso por el amplio segmento de tiempo que lo tuvo fuera de las canchas, aprendió la lección de series dolorosas que en el pasado lo dejaron mal parado. Entendió que su presencia es relevante siempre y cuando sea en pos del equipo y allí se amoldó, como uno más. Jugó sólo el dobles, porque así lo planeó el capitán Orsanic y eso no fue un problema, aun cuando cualquiera lo hubiese ubicado para jugar alguno de los singles. Desde su lugar apoyó, trabajó a la par del resto y celebró junto a sus pares este éxito que ahora les permite a todos sentirse tan orgullosos. Un equipo, humilde, pero un equipo. Eso fue lo que dejó como resumen esta experiencia en tierras italianas para el conjunto argentino, que se ilusiona con más.

DELBONIS, UN GUERRERO SILENCIOSO

En cuando al partido de ayer, Delbonis, ese guerrero silencioso que tiene el equipo argentino, derrotó a Fabio Fognini por 6-4, 7-5, 3-6 y 7-5, en la calurosa ciudad de Pesaro.

Delbonis, nacido en Azul y ubicado en el puesto 40 del ranking mundial de la ATP, se impuso luego de tres horas y 34 minutos sobre el bravísimo Fognini (36) ante 5.000 personas que se acercaron al estadio Circolo Tennis Baratoff, entre ellos 150 argentinos que tiñeron su sector en la tribuna de celeste y blanco.

El azuleño, de 25 años, no falló y dejó al equipo argentino en semifinales, instancia en la que se medirá el 16, 17 y 18 de septiembre próximo como visitante de Gran Bretaña, el defensor del título.

Del Potro aprendió la lección de series dolorosas que en el pasado lo dejaron mal parado. Entendió que su presencia es relevante siempre y cuando sea en pos del equipo y allí se amoldó, como uno más

Argentina comenzó a edificar su éxito el viernes con el triunfo de Delbonis sobre Andreas Seppi (52) por 7-6 (7-4), 3-6, 6-3 y 7-6 (7-3), y el de dobles en el cual Juan Martín Del Potro (139) y Guido Pella (51) vencieron a Fognini y Paolo Lorenzi (48) por 6-1, 7-6 (7-4), 3-6, 3-6 y 6-4.

Italia había igualado también con la victoria de Fognini, el mejor jugador de los europeos por lejos, sobre Juan Mónaco (94) por 6-1, 6-1 y 7-5.

Argentina, que había superado en marzo último a Polonia por 3-2, en la ciudad de Gdansk, cantó victoria en Pesaro y jugará su 16ta. semifinal de Copa Davis, que será además la undécima en las últimas 15 ediciones, una marca única, aunque levantar la ‘Ensaladera de Plata’ sigue siendo la gran asignatura pendiente.

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