Los “narcohipopótamos”, terror en tierras de Escobar

Hace 20 años, el narco colombiano tenía 4 ejemplares. Hoy son más de 35 y no los pueden parar

Los hipopótamos del zoológico privado que el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria tuviera en su propiedad, a más de dos décadas de su muerte, quedaron en libertad y se reprodujeron hasta convertirse en una peligrosa manada que actualmente deambula por los campos colombianos.

Pablo Escobar, el jefe narco más emblemático de la Colombia de la década del ‘80, había instalado en su hacienda, llamada Nápoles, un zoológico con varias especies africanas, incluyendo jirafas, elefantes, e hipopótamos.

Tras su muerte, el Estado tomó posesión de sus propiedades y distribuyó por zoológicos del país a varias especies, pero se desentendió de cuatro hipopótamos (tres hembras y un macho) que Escobar había trasladado a Puerto Triunfo, en el departamento de Antioquia.

A lo largo de los años, los animales se reprodujeron. Hoy suman unos 35 ejemplares, de dos toneladas de peso cada uno, territoriales y feroces. Están sueltos y son la manada en estado salvaje más grande del mundo fuera de Africa.

En los últimos meses, los hipopótamos de Pablo Escobar se convirtieron en un tema recurrente en las redes sociales, con la constante aparición de videos tomados con celulares por pobladores temerosos de su peligro.

Allí se los ve deambulando por la población rural de Doradal, metiéndose en patios, dañando sembradíos, espantando el ganado o caminando por carreteras.

“Eso no es un tema nuevo, pero lo que preocupa es que se ha vuelto reiterativo. Antes se presentaban una o dos veces al año, ahora es una vez al mes. Eso tiene mucho que ver con que la manada creció mucho”, explicó David Echeverri, biólogo colombiano.

Para ponerle freno a esta situación y evitar eventuales ataques, entidades emprendieron la construcción de una cerca que busca rodear las 30 hectáreas donde suele retozar la manada, con tramos de arbustos espinosos, barreras de piedras filosas y un cerco eléctrico, junto a la siembra de pastos y plantas de forraje para evitar que los animales salgan de su hábitat en busca de alimento.

“Si comen bien estarán tranquilos, pero si no se meten por donde sea y dañan el cerco que haya”, explicó Echeverri, quien describió que los hipopótamos son un peligro, porque no se sabe en qué momento van a reaccionar de manera agresiva, estén en celo y puedan arremeter contra la población, por lo que pedimos precauciones”.

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