Se enojó porque le daba plata en la mano y le puso un arma en el cuello

Hacía media hora que Patricia González (27) había abierto su almacén de 65 entre 8 y 9. Y como iba a barrer el piso y pasarle un trapo mojado, puso música para que la tarea le fuera más amena.

En eso estaba cuando, a las 9.50 del jueves pasado entró en ese negocio un joven de entre 28 y 30 años. La mujer lo creyó un cliente porque “estaba bien vestido y no tenía apariencia de ladrón”.

Por eso González se paró detrás del mostrador para atenderlo. Pero aquél no había ido a comprar nada. Y se lo dejó en claro cuando apoyó en ese mostrador un revólver, con el caño apuntando hacia la comerciante.

EN LA FRENTE Y EN EL CUELLO

La almacenera no tuvo más alternativa que entregarle “los 3.000 pesos que tenía para pagarle a un proveedor de Coca Cola que iba a llegar un rato más tarde”.

Sin embargo, según reveló, “el ladrón se enojó porque le daba el dinero en la mano y me exigió que se lo pusiera en una bolsa de nylon, mientras me ponía el arma en el cuello”.

“Pero quería más plata y me colocó el revólver en la frente. Y como le dije que no había más, me robó el celular”, acotó Patricia. Luego citó que “hace dos semanas entraron dos adolescentes de madrugada, pero los atrapó la Policía dentro del local”.

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