Investigan una red narco tras el crimen del policía en Bariloche
| 15 de Agosto de 2016 | 01:30

La sombra de una presunta red de narcotráfico, parece emerger detrás del brutal asesinato del policía de Bariloche, Lucas Muñoz. Al menos eso es lo que sospechan los investigadores del caso, que ahora intentan desentrañar si esa oscura trama de violencia llevó a la muerte al oficial.
Según informó un matutino porteño, el fiscal Martín Govetto y la Jefatura de la Río Negro investigan si varios agentes lideraban una banda dedicada a la comercialización de cocaína en esa zona cordillerana.
“Fue un mensaje mafioso”, indicó un vocero calificado en consonancia con la opinión de los familiares de la víctima.
Como se recordará, la autopsia reveló que Muñoz fue golpeado, cortado y recibió tres disparos: uno en la pierna, otro en una mano y otro en la nuca. Y para darle el último tiro lo obligaron a arrodillarse.
El lugar donde se halló el cuerpo tampoco parece casual. La familia de la víctima aseguró que esa no fue la escena primaria del crimen, sino que allí fue “plantado”. Por eso se intenta determinar dónde pudo estar escondido el cadáver.
El sábado fue allanado por segunda vez el predio de la Policía Montada, en el kilómetro 10 de Avenida Bustillo. La Justicia presume que Muñoz pudo haber estado oculto en esa dependencia.
Sobre la mesa de los investigadores hay tres hipótesis. En todas, la supuesta corrupción en la fuerza aparece como principal sostén.
La primera procede de los familiares de Muñoz, quienes argumentan que el oficial descubrió tráfico de drogas y trata de personas al interior de la comisaría 42ª y que estaba por denunciarlo. Su novia contó que el día antes de desaparecer le había advertido que su vida corría peligro. Para su hermano, los asesinos “lo hicieron callar”.
La segunda hipótesis especula con una vinculación entre el agente asesinado y la banda de narcopolicías.
“No descartamos un conflicto interno, que alguien se haya quedado con algo que no les correspondía”, aseguran.
Sin embargo, esa idea fue perdiendo fuerza en las últimas horas. “¿Pueden haber sido tan imprudentes de matar a uno de los suyos y perjudicarse tanto. Hubiera sido como atentar contra sí mismos. Si Muñoz trabajaba para ellos y cometió una estupidez lo hubieran golpeado. No, este chico fue torturado, es un mensaje para los mismos policías”, explica un experimentado agente.
Por eso, los investigadores apuestan a una tercera posibilidad. Creen que Muñoz fue secuestrado y asesinado por una banda que se disputaba el manejo del territorio con los narcopolicías. Eso explicaría la brutalidad del crimen.
Según informaron fuentes del caso, el grupo apuntado estaría integrado por al menos tres comisarios y cuatro agentes. Tres de ellos (Luis Irusta, Néstor Meyreles y Federico Valenzuela) están detenidos por el caso, aunque hasta el momento sólo están acusados de haber entorpecido la búsqueda del oficial.
“Si uno sigue el recorrido de sus decisiones durante ese día, queda en evidencia que operaban en conjunto y que hubo un intento de demorar una investigación oficial”, explicó al mismo medio el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck. Y agregó que “podrían haber dado la alerta y utilizar a toda la fuerza para encontrar al agente, pero no lo hicieron. No querían levantar señales. Queda demostrar cuál fue su papel y porqué lo hicieron”.
Algunos de los sospechados cuentan con varias denuncias en su contra y han trabajado juntos en distintas zonas de la provincia. Otra fuente vinculada a investigación suma una cuarta perspectiva. “La muerte de Muñoz es un mensaje mafioso. El disparo en la cabeza significa que pueden ir más arriba”, explica.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE