Brasil: Temer transmite optimismo económico

Casi en vísperas del inicio de la fase final del juicio político contra la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, el mandatario interino, Michel Temer, afirmó ayer que la economía del país se recupera y crecerá 1,6% en 2017.

El proceso contra Rousseff entrará en su fase decisiva el jueves próximo y Temer, sin hacer alusiones a ello, difundió una nota en la que destacó que la economía del país, sumergida en una grave recesión, ha empezado a dar “señales de recuperación” desde el 12 de mayo pasado, cuando asumió la Presidencia en forma interina. Temer, que ocupaba la Vicepresidencia hasta esa fecha y está públicamente enemistado con Rousseff, permanecerá en el poder y completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de que el Senado finalmente despoje del cargo a la gobernante. Rousseff está acusada de graves irregularidades en el manejo de los presupuestos pero recuperará el poder si fuera absuelta, lo que relegaría a Temer a una Vicepresidencia que todos los analistas creen que será inviable y llevaría a su inmediata dimisión.

El comunicado difundido ayer transmite optimismo en relación con la economía, sostiene que tras dos años de profunda recesión retomará el crecimiento en 2017, para cuando prevé una expansión del 1,6%, y también que los mercados ahora miran al país “de otra manera”.

Según esa nota, “termómetros importantes, que muestran cómo está la salud de un país, como la tasa de riesgo, indicadores de confianza de las empresas y las familias, sugieren que Brasil volvió a los rieles del crecimiento”. Asimismo, agregó que “las empresas que forman el principal indicador de la Bolsa de San Pablo han tenido ganancias significativas desde que el Gobierno interino asumió” y que el comportamiento de sus acciones mejora “semana a semana”. También sostuvo que el Gobierno ha recuperado la “armonía” de la relación con el Parlamento y que “asuntos muy importantes” fueron aprobados en las cámaras legislativas. Entre ellos, citó la modificación de la meta de déficit fiscal que se esperaba para este año, que fue elevada a 170.000 millones de reales (unos 53.000 millones de dólares) y le “dio realismo a las cuentas públicas”. Además se refirió a una propuesta de limitar el aumento anual del gasto público en función de la inflación que se registre el año anterior, la cual consideró “una primera reforma estructural” que obligará al Gobierno a ser más eficiente con el dinero público.

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