Un país bajo constante amenaza

Bélgica ha estado en alerta alta a raíz del ataque suicida realizado por el grupo extremista Estado Islámico el 22 de marzo, que cobró la vida de 32 personas en Bruselas.

David Quinaux, portavoz de la policía de Charleroi, dijo que el atacante de ayer llevaba el arma en una bolsa deportiva, y la sacó al llegar a un retén de seguridad afuera del cuartel de la policía, situado en el sur de Bélgica, poco antes de las 4 de la tarde.

Una de las dos agentes, ambas descritas como elementos con mucha experiencia, sufrió severas cortaduras en el rostro mientras que su colega fue herida levemente, dijo Quinaux.

Ambas mujeres están “fuera de peligro”, anunció la policía de Charleroi el sábado por la noche en Twitter.

Un tercer policía disparó al atacante, quien murió en el hospital, agregaron funcionarios. El ministro del Interior de Bélgica, Jan Jambon, dijo que no se sabía inmediatamente si el ataque, que denunció como un “acto de barbarismo”, fue realizado por una sola persona o fue algo más complejo.

“No sabemos si esto fue hecho por un lobo solitario”, dijo Jambon a RTL. Agregó que no tenía información que pudiera dar inmediatamente sobre la identidad o el móvil del atacante.