Al menos 60 muertos por guerra de narcos en una cárcel de Brasil

Una pelea entre dos bandas rivales derivó en una masacre, con varios reos degollados o mutilados

BRASILIA.- Cerca de 60 personas murieron en una revuelta carcelaria provocada por una disputa entre bandas del narcotráfico en la ciudad brasileña de Manaos, en el estado norteño de Amazonas, según informaron ayer funcionarios, en el peor hecho de violencia en las hacinadas prisiones de Brasil en más de dos décadas.

Sergio Fontes, secretario de Seguridad Pública de Amazonas, dijo que el número de víctimas podría subir y que no tienen una idea clara de la magnitud de los hechos. Fontes informó que muchos de los muertos habían sido decapitados y los cuerpos lanzados por encima de una muralla de la prisión.

La mayoría de los fallecidos pertenecían a una de las bandas, agregó. “Este fue otro capítulo de la silenciosa y sanguinaria guerra del narcotráfico”, remarcó.

Pedro Florencio, secretario del sistema penitenciario de Amazonas, señaló que la masacre fue una “matanza por revancha”. El motín entre la banda Primer Comando de la Capital (PCC), la más poderosa de Brasil y que tiene su sede en San Pablo, y Familia del Norte (FDN), un grupo de Manaos, se inició el domingo a la tarde y fue controlado recién cerca de las 7 de la mañana de ayer.

En el momento en que comenzó la violencia en una unidad del complejo carcelario Anisio Jobim, decenas de presos en la segunda unidad comenzaron un escape masivo, que según las autoridades fue un esfuerzo coordinado para distraer a los guardias. La superpoblación carcelaria es muy común en Brasil. El complejo Anisio Jobim alberga a 2.230 personas pese a tener capacidad solamente para 590 presos.

Se presume que Familia del Norte atacó a los detenidos de PCC a instancias del Comando Vermelho (CV) de Río de Janeiro, la segunda mayor banda de narcotraficantes de Brasil. Analistas de seguridad dijeron que una tregua de años entre el PCC y el CV se rompió en 2016, lo que llevó a enfrentamientos en las cárceles y generó temor a que el caos se extienda a otras prisiones. Fontes puntualizó que 74 presos fueron tomados como rehenes, algunos de los cuales fueron ejecutados y otros liberados.

Los incidentes del domingo fueron los más graves en varios años. En 1992, una rebelión en el centro penitenciario Carandiru dejó un saldo de 111 reclusos muertos, casi todos a manos de la Policía Militar del estado de San Pablo durante la recuperación de la prisión.

En octubre pasado, enfrentamientos entre facciones dentro de una cárcel del estado de Roraima, también en el norte del país, dejaron al menos 25 muertos. Los motines o enfrentamientos son muy comunes en las desbordadas cárceles brasileñas, donde los grupos criminales se disputan el control del tráfico de drogas. Según datos oficiales, la población carcelaria era de 622.000 personas a fines de 2014 en Brasil.

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