Las terapias de las playas

Por DR. NORBERTO FURMAN
Doctor en kinesiología y fisiatría

Los rayos solares son peligrosos o beneficiosos según los tiempos sean breves o prolongados a los que uno se exponga. El sol es vitamina y salud, no por nada nació la frase “donde entra el sol no entra el médico”, pero no se debe tomar todo de golpe al igual que no tomaría el contenido completo de un frasco de medicamentos. La piel es la primera receptora, es la barrera de contención de la agresión de los incandescentes e implacables rayos solares.

Nuestra piel cobija en su interior incalculable número de células llamadas melanocitos que segregan una sustancia llamada melatonina que confiere a la piel su color, la mayor o menor cantidad de esta pigmentación,

Los rayos solares producen una respiración más agitada debido al aumento del consumo de oxigeno, también se intensifican las funciones glandulares endocrinas, nuestro metabolismo en pleno se beneficia, además mejora las lesiones de piel (psoriasis, heridas, eczemas, etc). En definitiva en dosis adecuadas, aumentan nuestras defensas orgánicas, estimulan intensamente las funciones vitales y calcifican nuestro esqueleto.

Utilice la arena como una terapia, el calor que ésta irradia actúa como desinflamatorio, si usted sufre de problemas de columna vertebral haga lo siguiente: acuéstese directamente sobre ella, si se ensucia estilo milanesa, el agua de mar o la ducha solucionará eso, trate de quedarse unos pocos minutos y luego vaya reptando, corriéndose para mantener la temperatura constante ya que la arena se enfría cuando usted tapa con su cuerpo los rayos solares; repita un par de veces por día esta operación y logrará calmar dolores de nuca y de cintura y algo muy importante pida ayuda para levantarse, incorporarse desde allí abajo implica un gran esfuerzo cuando hay lesiones de los discos o algo de artrosis y si nadie lo ayuda póngase boca abajo, arrodíllese y levántese, sosteniéndose de alguna silla que haya dejado cerca. Trate de no excederse en los tiempos, con 10 ó 15 minutos 15 alcanza.

Imagínese que su médico le recomienda unos baños de inmersión con sal para desinflamar alguna parte de su organismo, ahora mire el mar y piense en esos beneficios multiplicado por millones de hectolitros sumados a las ventajas terapéuticas de las algas y el masaje de las olas, las ventajas son incontables.

El mar desinflama las articulaciones, los ligamentos y tendones, relaja la musculatura contracturada y mejora la circulación pero tenga cuidado de no ser “arrastrado” por las olas, hay personas que se quedan esperando cada ola para recibir el “golpe terapéutico”. Nada más equivocado, ese golpe no adelgaza.

Es ideal esperar que el mar esté un poco más calmo y quedarse por lo menos 15 minutos, en ese tiempo se logra modificar el PH algo fundamental en nuestro equilibrio ácido-básico.

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NORBERTO FURMAN
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