Entre Berisso y La Plata

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Federico Luppi, fallecido ayer a los 81 años, tuvo un pasado ligado a La Plata y Berisso, ciudad en donde fue empleado del frigorífico Swift; en la que conoció a Rosita Petkoff su primera mujer y madre de dos de sus hijos -Gustavo y Marcela- y en la que, además, hizo sus primeros pasos en la actuación.

“Mi padre tenía un bar en el puerto, frente a la salida del frigorífico. Trabajé ahí durante 20 años y mi primera incursión con el teatro fue cuando Federico Luppi, que trabajaba en Swift, iba al bar a tomar café y charlábamos sobre las tablas”, contó el berissense Lito Cruz, en una entrevista el año pasado, sobre quien fuera su gran amigo.

Con Lito Cruz, Federico Luppi integró un grupo de teatro del que también participaron Martín Adjemian y Víctor Manso, y con quienes recorrían los barrios llevando obras.

Según contó Luppi, su primera aspiración profesional había sido ser dibujante de historietas, y ese anhelo lo trajo a nuestra ciudad, envalentonado por Oscar Blotta para estudiar escultura, técnica y arte, algo que que le daría “una dimensión absolutamente realista e inequívoca de lo que es el volumen en un cuadro”.

En Bellas Artes, volvió a relacionarse con el teatro, y ahí se quedó. Con sus compañeros de teatro de Berisso, más otros nombres como Walter Zuleta y César Palumbo, conformaron el recordado Teatro Nuevo de la calle 44 entre 4 y 5, bajo la dirección de Jorge Thomas, en donde realizaron obras como “Fin de Jornada” o “La zorra y las uvas”, entre otras.

César Palumbo, referente del teatro independiente local, recordó ayer aquellas épocas, sobre todo la pieza “Temístocles en Salamina”, en donde compartió elenco con Luppi, a quien vio personalmente por última vez hace cuatro años cuando Lito Cruz -su también amigo- lo invitó junto a Federico a su programa radial “Teatro Sur”, que se emitía por Radio Provincia. “Ahí le pedí que cuente una anécdota que él me había contado en los sesenta, cuando lo conocí, sobre algo que le había dicho un compañero suyo polaco del frigorífico: ‘¿por qué trabajás de día acá y a la noche hacés teatro? Ya sé: porque el frigorífico te da para comer, pero el teatro para vivir, ¿no?’Una certeza que lo dejó mudo”, reveló Palumbo.

“Federico fue una persona de vanguardia, alguien con ideas avanzadas y como la mayoría de la gente de izquierda vivió penando las vicisitudes de un país que no lo comprendió demasiado”, dijo Palumbo, y remarcó: “Para mí, lo que marca su camino es su trayectoria”.

En la misma línea opinó el director berissense Oscar Barney Finn, quien dijo que Luppi tuvo más reconocimiento en España que en Argentina, y que su legado “son las obras que deja, las personas con las que trabajó, los premios que logró”.

Según contó Barney Finn, conoció “humanamente” a Luppi cuando frecuentaba en Berisso su Cine Club, aunque “profesionalmente” el vínculo se estableció décadas más tarde, cuando lo dirigió en Canal 7. “Mi deuda pendiente fue haberlo podido dirigir en el cine”, contó el director.

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