Video: Entran por la fuerza en una casa y huyen con $ 60 mil

Ocurrió en 139 y 514. Los ladrones tocaron timbre y, al saber que no había nadie, violentaron un acceso

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Varios ladrones cometieron un robo en una casa del barrio El Triunfo cuando no había nadie ahí. Una de las presunciones que se manejan es que habrían estudiado el momento exacto para atacar. Más aún: la sospecha es que se habrían hecho pasar por changarines que le ofrecen a la gente cortarle el pasto.

El escenario fue la esquina de 139 y 514. “Nadie los vio” a los ladrones mientras actuaban, comentaron algunos vecinos del lugar. Sin embargo, la presunción es que habrían entrado a la vivienda durante la tarde del domingo.

Para hacerlo, rompieron el portón de calle y la reja de una ventana, en cada caso sacando dos barrotes de hierro. Así se abrieron un resquicio que les bastó para ingresar.

Otro punto desconocido fue el tiempo que permanecieron adentro de la casa. En la revisión que hicieron, buscaron plata por distintos lugares hasta que la encontraron. Fuentes policiales dijeron que a la víctima, una mujer de 46 años, le sacaron todos sus ahorros, estimados en unos 60 mil pesos.

Además de eso, los intrusos robaron dos televisores y una CPU de computadora de escritorio, completaron esos voceros.

La persona afectada llegó a su casa en la noche del domingo. Se dio cuenta enseguida de lo que había pasado y llamó al 911. Los efectivos que fueron a atender la urgencia iniciaron una investigación y conservaron la escena para que, tiempo más tarde, la Policía Científica se encargara de hacer peritajes.

En lo que hace a la causa, casi todas son sospechas y elucubraciones. Algunos vecinos admitieron haber visto “un auto que no es de nadie de acá” dando vueltas aquella tarde.

Sin dudas, que el robo haya ocurrido cuando no había nadie habla de, al menos, cierto grado de planificación. La cuestión pasa por cómo lo habrían disimulado.

Por algunos comentarios de gente que ató cabos horas después del hecho, surgió la hipótesis de los falsos changarines que pasan tocando timbre y ofreciéndose para cortar el pasto. En el barrio señalaron que es común verlos, aunque nunca habían desconfiado de ellos.

 

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