La tragedia que redujo una modalidad imparable
Edición Impresa | 3 de Octubre de 2017 | 02:00

La salidera bancaria más conocida de la Ciudad -y la más tremenda- sucedió el 29 de julio de 2010, cuando Carolina Píparo, embarazada de nueve meses, y su madre fueron a retirar dinero a un banco de 7 y 42.
Después del trámite, ellas fueron a la casa de Carolina, situada en 21 y 36, y en la puerta fueron interceptadas por dos delincuentes que bajaron de una moto roja. Balearon a la mujer a pesar de que ya se habían apoderado de su dinero. La mujer fue sometida a una cesárea de urgencia de la que nació Isidro, su pequeño hijo, que murió una semana después a raíz de esta situación.
cambios en la seguridad
Esa circunstancia marcó un antes y después. Principalmente, en 2013 se promulgó una ley en la que los bancos tuvieron que hacer modificaciones. Debieron presentar mamparas que taparan la transacción que existiera entre el cliente y el empleado del banco. Además, tuvieron que instalar bloqueadores de señales de celulares dentro de los edificios. Esto no se aplicó nunca, pero desde ese momento la atención de los hombres de seguridad con respecto al uso de los teléfonos móviles es mucho más atenta.
En mayo de 2013, la Justicia de La Plata condenó a prisión perpetua a cinco de los siete hombres acusados de participar de la salidera bancaria a Píparo. Los otros dos fueron absueltos. Los siete acusados habían llegado a juicio acusados de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa”.
Antes de la tragedia de Píparo -hoy candidata a diputada provincial por Cambiemos- las salideras bancarias eran habituales, y se pergeñaban con la complicidad de algunos empleados bancarios vinculados a delincuentes. El índice de ese delito se redujo por esas medidas.
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