Violencia y valores

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Una ausencia preocupante de conductas de cuidado de sí mismos y de los otros, un aumento de la discriminación, la paulatina disolución de los referentes adultos dentro y fuera de la escuela. ¿Qué pasa con nuestros adolescentes?

Necesitamos enseñar valores para la vida en sociedad. Para hablar de “inclusión”, primero se debe haber enseñado desde edades tempranas el reconocimiento de “iguales en dignidad” a todo ser humano, lo cual lleva a “aceptar la diversidad”, en un mundo en el cual la publicidad incita a la competitividad y al éxito medidos en bienes de consumo.

Enseñar para “un mundo incierto”, dotar a los alumnos de “competencias que les permitan el cambio”, dar lugar a la creatividad e imaginación de cada uno, pues no sabemos qué conocimientos van a ser necesarios dentro de 15 años.

En Colombia el modelo “Escuela Nueva” que se implementó en cerca de 20.000 colegios e hizo merecedora a Vicky Colbert del premio Yidan para el desarrollo educativo, logró bajar la violencia y el bullying al mínimo mediante un enfoque hacia la ciudadanía, la convivencia pacífica, la formación en comportamientos democráticos y el fortalecimiento de la relación escuela-comunidad centrado en el niño y su contexto.

Educar para una “Convivencia Pacífica” es fundamentar la vida social, el civismo, sobre valores universalizables que promuevan la tolerancia y el respeto hacia todas las personas, sea cual sea la religión, la ideología y la moral de cada uno, lo cual se logra reflexionando sobre la Comprensión, Solidaridad, Tolerancia, Prudencia, Dignidad, Humanidad, Libertad, Igualdad, Justicia.

La convivencia escolar también es un dispositivo, donde conviven todos con todos, y a veces, simultáneamente, contra todos.

La vida en la sociedad democrática sin fundamento ético, pierde legitimidad ante los ciudadanos y ve disminuida su capacidad para mejorar la vida social.

 

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