Los analgésicos, otra pasión nacional
Edición Impresa | 26 de Noviembre de 2017 | 06:56

Unas 70 millones de cajas de analgésicos se venden por año en la Argentina, superando “con creces” las ventas de cualquier otro medicamento, reveló un estudio de la consultora IMS.
“El dolor es la causa más frecuente de consulta al médico”, apunta el farmacólogo Roberto Baistrocchi, quien explicó que para atacarlo se usan “fármacos que actúan a nivel del sistema nervioso central y otros que actúan a nivel de los nervios periféricos”.
El especialista señaló que los analgésicos más potentes que se conocen son los hipnoanalgésicos, que son “básicamente los opiáceos como morfina, codeína o nalbufina y provocan un profundo efecto de sedación en el sistema nervioso central que hace que el paciente olvide por completo el dolor pero no actúan sobre las causas y son muy adictivos”.
Para las dolencias leves o moderadas como dolores de cabeza, muelas, articulaciones, secuelas de operaciones, dolores menstruales o esguinces, “se usan generalmente antiinflamatorios no esteroides (Aines) como el diclofenac, que también quita el dolor pero no actúa directamente sobre sus causas”, agregó.
“A diferencia de ese último, el ibuprofeno no es el más potente antiinflamatorio ni el más potente analgésico pero tiene ambos efectos, porque desinflama y a la vez inhibe el proceso enzimático que causa el dolor”, señaló el experto, y añadió que el paracetamol, otro de los conocidos Aines, “tiene un importante efecto a nivel del sistema nervioso central, menos potente que el de los opiáceos pero sin las complicaciones que generan”.
Baistrocchi comentó además que según estudios recientes “siete de cada diez ciudadanos argentinos consideran que su salud es buena, mientras que cinco de cada diez refieren haber tomado fármacos en los últimos días y más de la mitad se automedica”.
Aunque un 90,5 por ciento de los argentinos afirma que siempre toma antibióticos con receta médica, apunta el especialista, “varios estudios realizados en el país demostraron que alrededor del 25 por ciento de los envases de antibióticos anuales que se consumen se deben a la automedicación, y algo similar ocurre con los analgésicos”.
Con respecto a la responsabilidad de las farmacias, que venden sin receta medicamentos que sí la requieren, el especialista consideró que “se debería llamar la atención de las autoridades sanitarias. Los médicos deberíamos denunciar ante las autoridades a las farmacias que incumplen la norma de expender medicamentos que necesitan receta médica sin el documento correspondiente y se deberían adoptar sanciones lo suficientemente importantes para que la transgresión de dichas normas no resulte económicamente rentable”.
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