Se achicaron las casas y también la solidaridad

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Durante años qué hacer los animales domésticos en vacaciones no era un problema: quienes no los llevaban consigo siempre tenían a mano un pariente o un vecino de confianza que se diera una vuelta una vez al día por casa para darlesde comer. Pero las casas se achicaron (hoy muchas no tienen fondo o siquiera un patio de dimensiones dignas para que dejar el animal en ellos no se un acto de extrema crueldad). Y no menos cierto -hay que decirlo- es que también se ha achicado la solidaridad. Ya no son tan comunes esos vecinos o familiares dispuestos a hacernos la gauchada, y acaso por eso tambien resulta más dificil pedirla.

Así las cosas, para muchos dueños de mascotas, hoy la solución es tan diversa como única: guarderias, cuidadores u hogares, hay que pagar.

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