Casi nadie está preparado para manejar la situación
Edición Impresa | 4 de Diciembre de 2017 | 03:36

El mayor problema que atraviesan los familiares que conviven con una persona con esquizofrenia es que la casi totalidad de ellos no están capacitados para asumir y responder adecuadamente a esta función de cuidados. La razón es que no disponen de los conocimientos ni de las habilidades necesarias para comprender y manejarse adecuada y oportunamente con sus familiares enfermos.
Esta dificultad provoca una alta carga en los familiares y pacientes, generándose altos niveles de estrés. En los familiares, se asocia a un mayor riesgo de padecer o agravarse las enfermedades físicas y mentales, con un deterioro de su competencia en el cuidado, así como en la prevención y la resolución de las crisis del paciente. Como resultado, se incrementa el riesgo de abandono del tratamiento por parte del paciente, con su consiguiente recaída, la que pueda llevarlo a la potencial y temida consecuencia, la internación psiquiátrica.
Esta necesidad insatisfecha se resuelve sin embargo con psicoeducación. ¿En qué consiste? En la capacitación de los familiares en el conocimiento de la enfermedad y sus diferentes modelos de tratamiento, en las técnicas de mejoramiento de sus habilidades para prevenir y afrontar las crisis, en conocer los recursos legales para asegurar el acceso a los cuidados y, finalmente, en incorporar las herramientas para el mejor autocuidado del mismo cuidador.
Actualmente, la psicoeducación de los familiares es una práctica sustentada en sólidas evidencias científicas, siendo creciente su incorporación como un abordaje de rutina en muchos dispositivos asistenciales de Europa y otros países, con implementación como regla en los casos que requieran internación.
La recomendación es que la Psicoeducación debe ser ofrecida rutinariamente junto al tratamiento médico, la psicoterapia que aplique y las técnicas de rehabilitación psicosocial.
Una muy positiva derivación de la Psicoeducación es que facilita que los familiares convivientes con personas con esquizofrenia sean una parte integral del sistema de atención de la salud mental, de forma tal que sean incluidos precozmente en las discusiones de diagnóstico y tratamiento con el equipo de salud. Tal es precisamente el concepto de decisión compartida en salud mental, estrategia de mejoramiento de la calidad de atención que la comunidad científica y los organismos internacionales como la OMS sostienen y promueven.
(*) Asesor médico de la Asociación de Ayuda a Familiares de Personas con Esquizofrenia
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