Vientos de recursos renovables

Partamos de la base. El concepto de energía está relacionado con la capacidad de generar movimiento o lograr la transformación de algo. En el ámbito económico y tecnológico, la energía hace referencia a un recurso natural y los elementos asociados que permiten hacer un uso industrial del mismo.

Dicho de otra manera, la energía puede entenderse como un recurso natural, que aunque no sea un bien por sí misma, sí está calificada en un nivel intermedio, ya que posibilita la satisfacción de ciertas necesidades cuando se produce algo o se ofrece un servicio.

Según la fuente de donde obtengamos, la energía es renovable o no renovable. La que proviene de fuentes agotables, como la procedente del petróleo, el carbón o el gas natural es una energía no renovable.

Las energías renovables son las que se utilizan para generar energía de forma limpia de diversas maneras, son abundantes y potencialmente se las puede aprovechar en cualquier parte del planeta ya que se obtienen del sol, los vientos y los movimientos de las aguas.

También existen varias fuentes de energía limpia de origen vegetal, entre las que se encuentran: el biogás y la biomasa (provienen de la materia orgánica), el biodiesel (combustible creado en base a aceites vegetales que se emplea en automoción) y el bioetanol (se genera por fermentación vegetal y se usa como combustible vehicular).

Ante la concientización que, poco a poco, está tomando la sociedad de lo imprescindible que es que acometamos la protección del medio ambiente, se está produciendo un gran auge de las energías renovables. Y es que la utilización de ellas contribuye a que dejemos de explotar otras fuentes que contaminan, que perjudican al entorno natural y como consecuencia también a nosotros y a nuestro propio bienestar.

Según las estadísticas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el uso de las energías renovables está creciendo de forma sostenida, al punto que “en la actualidad y por debajo del carbón, son la segunda fuente de generación de energía eléctrica del mundo”.

Para combatir la dependencia energética no hay mejor solución que emplear las fuentes de energías renovables locales, ya que el sol, el viento, el agua o la biomasa son recursos que pueden usarse en cualquier lugar. Ello implica no depender de la compra de combustibles fósiles y por ende logar una verdadera independencia energética, tanto política como económica.

En nuestra Ciudad hay varias familias que empezaron a utilizar este tipo de energías en sus viviendas para reemplazar el consumo de electricidad y gas, con muy buenos resultados.

Si bien la mayoría de las veces se requiere de una inversión inicial importante, termina habiendo mucha diferencia de costos a largo plazo.

El acuerdo de la COP21 ha dado un nuevo impulso las energías renovables, puesto que los países firmantes se han comprometido a tomar medidas, que apuntan a que sus economías tengan un futuro sostenible, mediante la descarbonización de la generación energética.