La pelea de Hollywood contra Trump se diluyó en el Teatro Dolby

Se esperaban fuertes discursos pero no hubo más que menciones veladas al presidente de EE UU

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Fue una noche disonante, entre el romance con el cine y la música de La La Land, una propuesta para volar, y la fuerza de gravedad, el cable a tierra que fue la política en una ceremonia que desató su enojo contra el flamante presidente de los EE UU, Donald Trump, y sus medidas contra la inmigración, aunque se mostró mucho más políticamente de lo esperado.

Desde la previa los artistas de Hollywood adelantaron que iba a ser una velada particular en cada una de sus intervenciones esta semana. Los actores Jodie Foster y Michael J. Fox, por ejemplo, aprovecharon una reunión de la industria, para disparar contra Trump: “Este año es un año muy diferente”, afirmó, y disparó que “es la hora de comprometerse”.

La previa estaba caldeada, y la temperatura subió con diversos discursos muy fuertes lanzados desde el púlpito de los premios Spirit, que se entregaron el sábado, en la víspera de los Oscar. “Las políticas de esta administración son aberrantes y no perdurarán”, afirmó allí Casey Affleck.

Ya en la alfombra roja, varios lanzaron sus críticas a Trump: “No sé si dan cuenta de que hay más de 50 millones de ciudadanos en este país que no solo hablan ese idioma, sino que es su lengua principal. Es una vergüenza”, lanzó Viggo Mortensen.

Y durante la transmisión estadounidense, además, The New York Times emitió un aviso titulado “La verdad es difícil” durante las pausas en la transmisión de la ceremonia de entrega de los Oscar, después de que el diario fue excluido -junto con otros medios periodísticos- de una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

Sin embargo, el clima hostil se diluyó durante la noche: el comediante Jimmy Kimmel, maestro de ceremonias, sería quien más referencias haría a las cuestiones polémicas de la velada, desde el habitual discurso de apertura de los Oscar. Con su estilo carismático y muy picante disparó de lleno contra Donald Trump: “Le quiero dar las gracias al presidente Trump: ¿recuerdan cuando el año pasado parecía que los Oscars eran racistas?”, disparó, antes de decir que “ha sido un gran año para el cine: los negros salvaron a la NASA y los blancos al jazz”. Luego, pidió un “aplauso muy poco merecido” para la “muy sobrevaluada Meryl Streep, como la llamó el presidente de Estados Unidos. El Teatro Dolby, entonces, estalló en una ovación para la actriz veinte veces nominada.

Pero tras este despliegue cómico y algunas referencias más del talentoso Kimmel, quien llegó a escribirle al presidente por Twitter en vivo (“¿Estás despierto?”, tiró arrobándolo: fue uno de los mensajes más retuiteados de la historia) el tema fue desapareciendo, a excepción de algunas menciones de parte de algunos de los ganadores y presentadores.

Solo el discurso de Asghar Farhadi, el cineasta iraní que boicoteó la ceremonia y se llevó el premio a mejor cinta extranjera, realizó un claro lance contra Donald Trump: “Lamento no estar con vosotros hoy. Mi ausencia es por respeto por la gente de mi país y las otras seis naciones que han sido ofendidas por la ley inhumana que prohíbe la entrada de inmigrantes a Estados Unidos”, afirmaron los representantes del ausente cineasta al leer su discurso sobre el escenario del teatro Dolby.

 

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