El negocio de la carne abre un nuevo escándalo en Brasil

Pagaban coimas al partido oficial para adulterar productos ya vencidos

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BRASILIA.- El gobierno de Brasil reforzó ayer los controles e inspecciones a empresas alimenticias tras el escándalo generado por una mafia que adulteraba carnes, cuya dimensión pudiera afectar el comercio de uno de los mayores exportadores mundiales de ese sector.

Fiscales de la sanidad alimentaria recorrieron las instalaciones de una treintena de empresas que son blanco de una investigación de la Policía, que descubrió una banda integrada por agentes públicos y directivos de empresas que adulteraba carnes ya vencidas con métodos que sembraron indignación en el país. Esas prácticas implicaban el uso de químicos para mejorar el aspecto de las carnes, la falsificación de etiquetas con la fecha de validad o la utilización de alimentos no adecuados para el consumo en la elaboración de embutidos, entre muchas otras irregularidades.

EL OFICIALISMO COMPLICADO

El partido del presidente Michel Temer quedó en medio del escándalo ya que fue acusado de recibir sobornos por parte de la red criminal que involucraba a los principales frigoríficos de Brasil, entre ellos los multinacionales JBS y BRF, acusados de adulterar carnes no aptas para consumo para poder venderlas en el mercado.

Al menos 25 ejecutivos de cinco frigoríficos fueron detenidos, al igual que fiscales acusados de corrupción del Ministerio de Agricultura, en un operativo de la Policía Federal.

“La red de corrupción abastecía sobornos para el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) y al Partido Progresista”, dijo Mauricio Grillo, de la Policía Federal, quien calificó a la operación como “Carne Débil”.

Los investigadores exhibieron un audio de un supuesto jefe de la mafia de la carne adulterada con el actual ministro de Agricultura y empresario ruralista, Osmar Serraglio, quien no está involucrado en el caso, según el comisario. El grupo criminal era liderado por empresarios del agronegocio y fiscales sanitarios en diferentes estados, que recibían sobornos para flexibilizar la fiscalización, informó la Policía Federal.

“Los agentes públicos, valiéndose del poder de fiscalización de sus cargos, mediante el pago de sobornos, facilitaban la producción de alimentos adulterados y emitían certificados sanitarios sin fiscalización efectiva de los alimentos”, asegura el comunicado de la Policía Federal, que acusa a los funcionarios de proteger a empresarios corruptos a costas del interés público. Las empresas negaron las irregularidade. Sin embargo, las acciones de JBS, que produce Friboi, Swift y Seara, y BRF, dueña de las marcas Sadía y Perdigao, cayeron 6% el viernes en la Bolsa de San Pablo a raíz del operativo de las firmas que se convirtieron en los mayores productores mundiales de carne procesada.

BRF en la Argentina compraron empresas de primera línea. Hoy son dueños de salchichas Vieníssima y Wilson, las hamburguesas GoodMark y los fiambres Tres Cruces y Hammond (además de las margarinas Manty y Delicia).

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