La gente, es la que nunca falta
Edición Impresa | 26 de Marzo de 2017 | 04:31

Por Walter Episcopo
Sensaciones
Jornada de emociones en cada rincón del “Juan Carmelo Zerillo”, que venía desde el viernes (24 de marzo). Fecha especial, si las hay. El fútbol, y el deporte todo, no está exento. Muchos de los que estuvieron en el Bosque pasaron por el museo ubicado dentro del estadio, donde se desarrolla una muestra fotográfica a 41 años del último golpe cívico-militar y se le realiza un homenaje a tres deportistas detenidos-desaparecidos que pasaron por la Institución como Antonio Piovoso, Miguel Sánchez y Luis Ciancio.
Justamente se hizo un minuto de silencio antes de arrancar el juego, y los titulares triperos ingresaron con una remera blanca que decía “Memoria. Verdad. Justicia” y los nombres de Piovoso, Sánchez y Ciancio. Y a la hora de la foto posaron con una bandera alusiva también. Familiares de los tres mencionados deportistas que estuvieron presentes en 60 y 118, no pudieron evitar la emoción ante el aplauso generalizado.
Tarde ideal para ir a la cancha, con el sol arriba del Bosque. Viejos y nuevos socios (a raíz de la campaña que lanzó la CD) ingresando a la cancha como el Gallego López y sus hijos Juani, Manuel y Lola; como también Diego Montani con su hijo Dante y su amigo Cachi Coacci; Pedro Morales que por esas cosas de la vida hacía años que no iba, y un día no aguantó más y volvió junto a su hija Paola, a la cabecera del Bosque; y entre todos ellos una abuela de 90 años como Margarita, hincha de toda la vida, que pudo ir a la cancha ayer por primera vez. Historias que se cruzaban en una tarde especial.
El estadio colmado y el “dale Lobo, dale Lobo” que sonó atronador por momentos. Había mucha expectativa, porque los once de Lechuga Alfaro venían de ganarle a Tigre pero dejando dudas en su rendimiento. Gabriel Vega, colaborador de Pedro Troglio (que se fue a Universitario del fútbol peruano) pasaba por el vestuario local a saludar y además de confirmar que viajará la semana venidera a Perú decía, “hoy (por ayer) vengo como hincha, a disfrutar como un hincha más de Gimnasia”. Claro, una semana antes estaba en Tigre con Troglio y enfrentó al Lobo. Daniel Imperiale que quedó fuera del banco, lo miraba en la Techada junto a varios compañeros; y muy cerca, un ex arquero albiazul como Eduardo Dallovere, que estuvo en el Club entre el ‘75 y el ‘78.
¿Primeros aplausos? Para Alexis Matín Arias que tapó una bola imposible a Busse a los 28 del primer tiempo; y once minutos después para Nicolás Mazzola que mandó la pelota al fondo del arco y festejó de cara a “La 22”. El delantero luego recibiría un caluroso -y merecido- aplauso cuando fue reemplazado después de bastante tiempo sin convertir. ¿Lo de Lobos? Ya no es novedad. El hincha disfruta cuando ve al “diez” en el campo de juego. Y la gente empujó al equipo cuando parecía que se quedaba, “vamos Gimnasia, vamos a ganar, vamos Gimnasia cada vez te quiero más...”, cantaba el Triperío que sufrió más de lo esperado, pero los cuatro costados (la “H”, el Bosque, la Techada y la cabecera de 60) terminaron saltando y festejando.
Por eso también el aplauso final, por que el hincha tiene MEMORIA y sabe de la entrega de siempre de este grupo, aunque terminó sufriendo y la VERDAD, para muchos no hubo JUSTICIA en el marcador. Pero qué importa, si se fue feliz, y los tres puntos se quedaron a vivir en el Bosque.
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