Otro dolor de cabeza por no saber defender un resultado

Un grosero error de Sappa a falta de 10 minutos lo privó de un importante triunfo

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Por Martin Cabrera
Comentario

RAFAELA, SANTA FE
ENVIADOS ESPECIALES

Estudiantes no despega. Anoche volvió a mostrar cosas positivas, pero el balance final es pobre: empató 2-2 con Atlético de Rafaela, un equipo que le desnudó todas las falencias en la defensa del juego aéreo.

Anoche, además de las fallas colectivas tuvo un protagonista principal: Daniel Sappa. El pibe, así como antes le había dado una alegría inmensa al equipo por atajarle el penal a Pablo Ledesma sobre el final, ayer se equivocó feo a los 35 minutos del segundo tiempo y el local empató un partido por el cual no había hecho nada para eso.

El partido empezó como se esperaba, con pocos espacios, la pelota por el aire y un juego friccionado de ambos lados. Si por momentos fue más protagonista Jorge Baliño que cualquier otro jugador.

El gol llegó por obra y gracia de Juan Otero, autor material e intelectual de la conquista. Segundos antes se había enojado porque no le habían dado la pelota y entonces la fue a buscar hasta el lateral izquierdo. La recibió Tití, tocó para el colombiano que buscó una rápida pared con Toledo, que no tocó la pelota pero se llevó la marca. Entonces Otero aprovechó un rebote para pegarle fuerte y de derecha para clavarla en el palo izquierdo de Lucas Hoyos. Golazo para romper la monotonía.

El gol, a los 24 minutos del primer tiempo, no despertó ni empujó a Estudiantes, que siguió sufriendo la falta de un conductor y una evidente carencia de juego asociado. No pudieron Lucas Rodríguez por izquierda ni Facundo Sánchez en la derecha. El equipo estuvo contenido e impreciso, sufriendo todo el tiempo una cancha que es adversa por naturaleza. Mucho pelotazo, rebote, lucha y nada parecido al fútbol bien jugado al ras del piso.

Tampoco es que Rafaela lo haya superado, pero con dos centros estuvo cerca. En una respondió bien Daniel Sappa, pero en la siguiente el propio arquero salió mal y Schunke tuvo que esforzarse para despejar al lateral.

Recién en el final Estudiantes volvió a generar juego asociado. Primero avisó con Toledo, que prefirió rematar desde afuera cuando un pase corto a Rodríguez hubiese sido lo aconsejado. En el minuto una jugada similar al gol tuvo como protagonista final a Tití, que le pegó igual que Otero pero esta vez Hoyos estuvo mejor para la contención y luego Oscar Campi ayudó a sacar la pelota del área.

EMOCIONES EN LA OSCURIDAD

El segundo tiempo fue igual de chato que el primero. Nadie en Estudiantes pudo poner la pelota contra el piso ni aguantarla más de dos segundos en sus pies. Pero Rafaela se adelantó más y entonces aparecieron los primeros espacios. El local fue con más ganas que idea y el Pincha defendió como pudo. Fue un ida y vuelta de pelotazos y rechazos a cualquier lado.

Pero en ese contexto irregular y ordinario el partido tuvo un par de minutos de emociones. A los 16 el local empató el partido luego de cumplir la famosa ley que dice que dos cabezazos dentro del área es gol. La terminó empujando Pablo Gudiño luego de una floja respuesta de Sappa.

Cuando el golpe no había terminado de impactar salió rápido Estudiantes de medio, guapeó Israel Damonte por el medio y recibió una infracción entrando al área. Pelota preparada: Solari para Tití, que estaba en la barrera, remate y en el rebote apareció Javier Toledo para empujar de cabeza. Un gol de laboratorio para volver a estar arriba en el marcador con el sello de Nelson Vivas.

En adelante el partido volvió a tener a un local buscando como sea llegar al gol, pero sabiendo que podía hacerlo con pelotazos cruzados, un arma que este Estudiantes no le puede encontrar la receta para eliminar el riesgo.

Sufrió con un par de veces, sobre todo por la izquierda, donde no puede ni tiene un jugador que se haga dueño del lateral. De un pelotazo desde ese sector llegó el empate de Rafaela, tan increíble como habían sido los triunfos de Vélez y Botafogo. Falló Sappa y Gastón Campi de cabeza no perdonó.

Otro castigo para un Estudiantes con poco fútbol, salado e inocente, que no sabe poner en el bolsillo los partidos que le son favorables. Deberá aprender pronto porque de lo contrario seguirá así, deambulando por el torneo y la copa.

 

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