En busca de un nuevo rol mundial

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El Reino Unido activó ayer el período de dos años para negociar con Bruselas las condiciones de salida de la Unión Europea (UE), un escueto plazo en el que debe redefinir la relación con sus vecinos más cercanos, así como su papel económico y político en la escena mundial. Londres debe acordar la factura por sus compromisos ya adquiridos con la UE, que puede ascender a unos 60.000 millones de euros, comenzar a diseñar la futura relación comercial con los 27 países del bloque comunitario y empezar a forjar nuevos vínculos internacionales fuera del paraguas europeo.

Además del complejo escenario exterior, el Gobierno de la primera ministra, la conservadora Theresa May, afronta tensiones internas ante la presión de los independentistas en Escocia y los republicanos en Irlanda del Norte, contrarios al Brexit. Antes de comenzar a negociar los vínculos futuros, sin embargo, la principal tarea sobre la mesa será destejer 44 años de integración europea.

 

Se abordarán los derechos de los británicos y los comunitarios a ambos lados del Canal de la Mancha, el futuro de las agencias europeas con sede en el Reino Unido y los detalles de cooperación en seguridad y fronteras, entre otros asuntos. En una segunda fase, ambos equipos comenzarán a diseñar su nueva relación bilateral.

Ese será el momento de abordar cuestiones como un acuerdo comercial, la participación del Reino Unido en programas comunitarios de investigación, el papel británico en Europol (la policía europea), el Tribunal de Justicia europeo (TJUE), el espacio aéreo común y los estándares de patentes, entre otros puntos. Al término del lapso de dos años, hay posibilidad de alargar el plazo, si existe unanimidad entre los 28 países implicados, pero también de que el Reino Unido corte sus lazos con la UE sin haber firmado acuerdo alguno. Diversos organismos alertaron sobre el trauma que supondría para la economía británica la imposición automática de aranceles a todas sus exportaciones a la- UE, que representan alrededor del 45% de sus ventas fuera de las islas. May debe comenzar a pensar asimismo en sustituir los acuerdos de libre comercio de los que Londres se beneficiaba dentro de la Unión (con Corea del Sur, Sudáfrica y México, entre otros) y negociar nuevos arreglos con países como China y EE UU.

 

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