Cuatro ladrones asaltaron a una mujer y la dejaron encerrada en su casa

Fue ayer al mediodía en 22 entre 55 y 56. Le sacaron dinero, un celular y joyas

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María Fernanda Méndez Silva (70) fue víctima ayer al mediodía de un asalto en su casa cercana al Parque San Martín. Paradójicamente, quien tomó conocimiento del caso es la fiscalía donde trabaja la hija, que es secretaria de la fiscal que está de turno en La Plata.

El hecho ocurrió en la calle 22 entre 55 y 56 cuando cuatro delincuentes armados lograron ganar el interior de la propiedad.

En ese punto inicial de la violenta maniobra, se plantea el primer interrogante: según una versión, a Silva la interceptaron en la vereda y la llevaron hacia su domicilio. Pero también se dijo que los ladrones encontraron el portón de rejas mal cerrado y la puerta de madera abierta, lo que pudo facilitarle el restro de la maniobra.

Sea cual fuere la situación real, lo cierto es que los asaltantes accedieron a la propiedad y allí dividieron roles para asegurarse el botín.

De acuerdo al reporte oficial, se trató de dinero en efectivo, un celular y algunas joyas.

Instantes después, previo dejar encerrada a Silva, los autores del robo salieron caminando y se perdieron por el barrio.

Se supo que tenían un pistolón y que, en principio, no habrían maltratado a la mujer.

En la escena trabajaron efectivos de la DDI local y de Policía Científica, que se encargó de los peritajes de rigor.

También, al cierre de esta edición, los pesquisas avanzaban con la búsqueda de testigo y el análisis de las cámaras de seguridad, tanto públicas como particulares, a la espera de que alguna de ellas haya registrado el paso de los delincuentes.

Los voceros consultados indicaron que también serían autores de un robo en un gimnasio ubicado a la vuelta de la casa de Silva (ver aparte).

UN BARRIO COMPLICADO

Hace sólo ocho días, hubo otro grave episodio de inseguridad en esa zona de la Ciudad. En realidad, se trató de una historia repetida: alguien que entra a su casa y es sorprendido por varios delincuentes armados, para que empiece una entradera en la que, hasta que todo se diluye, no se sabe cómo va a terminar.

En este caso, los ladrones supieron esconderse bien entre el montón de autos estacionados en 28 entre 63 y 64. El hombre al que abordaron, ya desconfiado, se tomó unos segundos para frenar en la calle y mirar que no hubiera raro.

Recién entonces, cuando eran las 22.45, se decidió a entrar su camioneta Ford EcoSport a la cochera de su casa.

Sin embargo, la prevención no le alcanzó, porque de repente se le aparecieron tres delincuentes jóvenes y encapuchados, cada uno con un arma en la mano.

Presuntamente estaban apoyados por otro hombre, que los habría esperado en el único auto que, según analizaron luego los vecinos, no es de los que habitualmente se ven ahí detenidos.

Miguel (63) quiso que el robo se limitara al patio delantero de su vivienda. Les estiró las llaves de la camioneta y no mostró señales de oponerse.

Pero los delincuentes estaban empecinados con entrar a la casa. Y para intimidarlo, le pegaron un culatazo en la cabeza y luego lo encañonaron en la sien.

iguel supo entonces que su suerte estaba entregada a lo que los intrusos quisieran. A él lo condujeron hasta su cuarto, donde su mujer estaba acostada. Los obligaron a ambos a tirarse al suelo y, muy cerca de ellos, uno de los ladrones los controlaba.

Miguel reconoció que perdió la noción del tiempo mientras todo era incierto.

Al final, los ladrones se llevaron dos televisores, una tablet, una netbook y otros elementos.

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