Con el paro de mujeres se reinstala el debate por la discriminación
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2017 | 03:09

El miércoles 8, Día Internacional de la Mujer, se viene con paro. Y el tema, son las diferencias, la discriminación a la que muchas mujeres se ven sometidas.
Graciela de Oto, presidenta y fundadora de la Fundación Suma Veritas, que trabaja por la inclusión de la mujer en el mundo laboral y empresarial, lo explica.
“Las mujeres enfrentamos varios obstáculos en lo laboral, pero el principal es la necesidad constante de demostrar que una está capacitada para la tarea que se le encomienda, al igual que cualquiera de sus compañeros varones. Y aunque todavía se piensa que las mujeres no tenemos el ‘hambre competitivo’ que tienen los hombres, la realidad muestra que adquirimos una mayor cultura corporativa, desarrollamos capacidades de gestión y ya no somos las que llevamos el café en medio de una reunión importante”.
Si bien reconoce que la mujer “avanzó muchísimo en el campo laboral”, De Oto sostiene que “la disparidad entre hombres y mujeres sigue existiendo y no resulta fácil abrirse camino. Las organizaciones reproducen aquello que está instalado socialmente, y también existe un elevado número de mujeres profesionales que deciden permanecer en cargos estereotipados y resignar posiciones de poder”.
Para la economista Mercedes D’Alessandro, en tanto, autora del libro “Economía feminista. Cómo construir una sociedad igualitaria (sin perder el glamour)”, a las mujeres “todavía les cuesta llegar a puestos altos”.
“Estimaciones de 2015 sobre las 500 empresas más grandes del mundo muestran que sólo hay 20 mujeres en cargos de CEO, lo que representa el 4 por ciento”, precisó.
DIFERENCIAS
Fundadora junto a las también economistas Magalí Brosio y Violeta Guitart del blog “Economía Femini(s)ta”, D’Alessandro apunta que “hay muchos motivos por los que las mujeres se quedan en el camino hacia el ascenso. Si bien cada vez hay más mujeres en el mundo laboral, aún hoy, cuando se piensa en una persona exitosa en el mundo de los negocios, la política o la academia, se piensa en un hombre. A eso se suma la maternidad, que sigue recayendo principalmente en las mujeres, que muchas veces deben resignar sus carreras u optar por trabajos más flexibles y peor remunerados”.
“Sin embargo -añadió- las mujeres sin hijos también ganan menos que sus pares varones. En Argentina, en promedio, las mujeres ganan 27% menos que los hombres. En el caso de las mujeres CEO la brecha también existe y está en torno al 23%, según un informe reciente sobre 300 empresas nacionales”.
Y sobre las medidas que debería tomar el Estado para afrontar la situación, D’Alessandro señala que “aunque no es la solución definitiva, el establecimiento de cupos es necesario. Otro punto fundamental es la reforma del sistema de licencias parentales, que en la actualidad es de sólo dos días para el padre, y refuerza la idea de que el cuidado de los niños es tarea exclusiva de la madre”.
“No hay que asustarse -afirma por su parte Graciela De Oto- ya que las mujeres somos agentes de cambio por naturaleza y debemos sentirnos orgullosas de abrir nuevas perspectivas y generar oportunidades para que las generaciones venideras trabajen en condiciones de igualdad”.
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