Claves para rejuvenecer la cocina

El uso de pintura logra resultados asombrosos

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Renovar la cocina para volverla más actual, acorde con los tiempos que vivimos y al mismo tiempo aumentar su funcionalidad es un desea de mucha gente.

Pero este objetivo muchas veces es dejado para un mejor momento debido al alto costo de remodelar la cocina. Y es que cambiar una cocina de arriba abajo no es barato. Pero desde luego, existen soluciones intermedias para rejuvenecer este espacio de la casa con bajos recursos que nos pueden dar un resultado excelente y, además, sin necesidad de acometer demasiadas obras.

Se pueden realizar reformas importantes sin necesidad de modificar la estructura del ambiente.

Es decir que no se tirará abajo ningún tabique para ampliarlo sumando habitación de la casa, simplemente se trata de darle un lavado de cara.

LOS MUEBLES

El cambio de muebles se lleva la mayor parte del presupuesto a la hora de reformar una cocina. Muchas veces no nos planteamos que, seguramente, no es necesario reemplazar los muebles por otros nuevos. Y una buena solución es pintarlos. Evidentemente lleva trabajo, pero el resultado bien vale pena. Si se siguen una serie de pasos de manera ordenada todo resultará mucho más sencillo.

Eliminar bien la suciedad, restos de grasa, que puedan tener los muebles utilizando agua templada con jabón especial para madera o amoniaco. Desmontar las puertas y cajones y retirarles los herrajes, tiradores y guardarlos para volverlos a colocar cuando el trabajo esté acabado. Ahora sólo queda elegir la pintura y el color. Aunque existen muchos tipos de pintura para los muebles de cocina, los expertos suelen recomendar los esmaltes, que tienen una gran capacidad de agarre y los acabados están disponibles en mate, satinado y brillante.

Con dos capas de pintura suele ser suficiente. Es importante lijar entre ambas capas para obtener un resultado profesional. Cuando la pintura esté bien seca hay que aplicar un protector. Si se quiere que el cambio de los muebles sea aún más evidente reemplazar los herrajes antiguos por unos más modernos.

El segundo trabajo que debemos abordar para cambiar nuestra cocina son las paredes. Si los revestimientos ya están anticuados, desgastados o, simplemente, nos hemos cansado de verlas, también las pintamos. Sí, hoy en día eso es posible, existen productos hacen que las baldosas parezcan nuevas.

Son esmaltes sintéticos muy resistentes a la humedad y a los roces y disponibles en una amplia gama de colores. Se aplican con rodillo y normalmente se necesitan dos manos.

Por último, también podemos cambiar el suelo instalando una tarima flotante o vinilo. La ventaja de estos materiales es que se colocan sobre el suelo existente, son ignífugos y resistentes a la humedad.

 

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