Primero de Mayo, fecha rehén

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Por Luis Tarugo (*)

Otro Primero de Mayo con trabajadores con incertidumbre y testigos de una dirigencia atomizada y cinchando como siempre por intereses sectoriales y políticos. Otro Primero de Mayo con multiplicidad de actos convocados en reductos notoriamente más estrechos que los de otros años, donde multitudes se daban cita para conmemorar una fecha clave de la historia mundial. Otro Primero de Mayo que encuentra al mundo laboral argentino inmerso en sus dramas cuasi crónicos, como trabajo en negro, desempleo, subocupación, desvalorización del salario e inflación y presión impositiva que podan los ingresos.

El tema que además subyace es el carácter absolutamente porteño de las concentraciones, más allá de lo que hayan programado las organizaciones regionales. Es que sería justo que alguna vez las centrales gremiales se trasladen al interior del país, donde los problemas son harto dramáticos y muchas economías están en terapia intensiva o directamente en camino de etapa terminal si no se aplican remedios potentes y urgentes.

EN CABALLITO, SE ESPERAN ANUNCIOS

Los actos principales parecen reeditar el añejo clásico del básquet argentino, ya que se hacen en los estadios de Ferro y de Obras. En el de Caballito habrá mucha tela para cortar, ya que el orador estrella elegido fue nada menos que presidente Mauricio Macri. Se anticipó que habría anuncios como la eliminación del Impuesto a las Ganancias para las horas extras y los feriados trabajados. Una medida más efectista que efectiva.

En el camino de los planes están las ideas de blanquear trabajadores de manera módica año tras año y las modificaciones de los convenios colectivos en diálogo individual con los sindicatos. Pero todo verde aún.

En tanto, en el acto de Obras la CGT reiterará críticas y demandas y justificará su decisión de continuar con las protestas, aunque nadie se anima a arrimar la fecha de un nuevo paro nacional.

Lo que no se puede garantizar es que no haya alguna escaramuza entre los sectores diversos que integran la central, donde la unidad está pegada con gel.

En definitiva, otro Primero de Mayo que, al menos en la Argentina, parece haber perdido su sentido original y se ha transformado en una fecha rehén de interminables batallas políticas.

 

(*) Columnista de la agencia DyN

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