Consejos prácticos para dejar de fumar de manera definitiva

Los expertos aseguran que las recaídas son habituales entre las personas que intentan abandonar el tabaquismo, pero brindan recomendaciones sencillas para evitarlas o no repetirlas

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Los beneficios para la salud que conlleva abandonar el tabaco son múltiples y tenerlos presentes puede facilitar la ardua tarea que supone renunciar al hábito de fumar.

En este sentido, Ignacio de Granda Orive, coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), indica que cuando se deja el tabaco los beneficios empiezan a notarse en muy poco tiempo. “Mejora la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, la sintomatología respiratoria y, transcurrido algún tiempo, también se nota una mejoría en la piel”, describe.

El neumólogo manifiesta que, según va pasando el tiempo sin fumar, se va mejorando claramente. “Al cabo de entre tres y cinco años, el riesgo cardiovascular puede llegar a ser prácticamente igual que el de una persona que no fuma”, detalla. No obstante, De Granda Orive explica que dejar de fumar es muy difícil “porque la nicotina es una droga potente que engancha, desde un punto de vista físico, a las personas que fuman. Pero la dependencia no es sólo física sino también gestual, psicológica y social”.

Hay situaciones que se asocian con el hábito de fumar y la recomendación del especialista es evitarlas en un primer momento.

Si, por ejemplo, se tenía la costumbre de fumar un cigarrillo con el café, “hay que tomar otra cosa o no tomar nada al principio”. Pero, a medida que pasa el tiempo, hay que volver a afrontarlas pues, según explica el neumólogo, “las iremos desligando del fumar”.

El Dr. De Granda Orive destaca que, si se ha dejado el tabaco, fumar un cigarrillo es muy arriesgado “porque vuelves a alertar a todos los receptores cerebrales nicotínicos y todo vuelve a empezar”, por lo que lo que iba a ser un solo cigarrillo, suele convertirse en una recaída. “El fumador debe saber que seguirá siendo fumador toda la vida, como el alcohólico, y por lo tanto debe tener cuidado y estar alerta”, recalca.

Si se dejó el tabaco, fumar un cigarrillo es muy arriesgado “porque vuelves a alertar a todos los receptores cerebrales nicotínicos y todo vuelve a empezar”, por lo que lo que iba a ser un solo cigarrillo, suele convertirse en una recaída

De igual modo, los especialistas del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona detallan que este es uno de los principales motivos de recaída durante el primer mes y medio sin fumar, e indican que es habitual pensar que por un cigarrillo no pasará nada y, después de ese, fuman otro y otro y otro. “Esto se llama fantasía de control”, aclaran. Además, manifiestan que un fumador nunca podrá controlar el tabaco, sino al contrario, el tabaco siempre le controlará a él ya que es una sustancia que crea adicción.

El Dr. De Granda Orive dice que quien deja el tabaco debe saber que experimentará el síndrome de abstinencia, uno de cuyos síntomas es un deseo vehemente de fumar.

“Ese estímulo puede llegar a ser muy potente y, muchas veces, es el causante de la recaída. Pero dura poco, y si se logra superar, no se suma al siguiente. Por ello, hay que procurar entretener el momento, hacer otra cosa, distraerse”, indica.

El facultativo expresa que también son síntomas del síndrome de abstinencia la irritabilidad, el nerviosismo, el estreñimiento, el dolor de cabeza y el dolor de garganta, entre otros. No obstante, aclara que no se van a manifestar todos ellos.

Para combatirlos, el neumólogo recomienda combinar tratamiento psicológico conductual y el farmacológico.

“Tenemos sustitutivos de la nicotina en forma de parches, chicles caramelos y spray bucal. También disponemos de la “vareniclina”, una molécula estudiada para ayudar a dejar de fumar y que hace lo mismo que la nicotina a nivel cerebral. Por otro lado, está el “bupropion”, un antidepresivo que se emplea desde hace bastante tiempo para ayudar a dejar ese hábito”, detalla y agrega que todos ellos alivian el síndrome de abstinencia y por eso se utilizan en los tres primeros meses.

Del mismo modo, expone que, cuanto más cerca esté el día en que se dejó de fumar, mayor es el riego de recaídas.

Así, subraya que el primer trimestre es el periodo más crítico, sobre todo los dos primeros meses, porque todavía se puede tener síndrome de abstinencia. Sin embargo, “después de un año sin fumar el riesgo de recaída disminuye mucho, aunque siempre está ahí. En este sentido mi recomendación es no fijarse objetivos a muy largo plazo sino tener metas cortas, poder decir `otro día más sin fumar´”, indica el neumólogo.

Pero si, a pesar de todo, no se ha conseguido dejar el tabaco, no hay que desesperar. En este caso, el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona recomienda identificar el motivo de la recaída e intentar evitarlo en el futuro.

Asimismo, aconseja pedir ayuda a familiares, amigos y compañeros de trabajo y tener presente que siempre se puede contar con el apoyo del médico y del farmacéutico.

 

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