Juicio en el Vaticano por desvío de fondos que benefició a un cardenal
Edición Impresa | 18 de Julio de 2017 | 03:56

CIUDAD DEL VATICANO.- Aparte de la Basílica de San Pedro, es difícil encontrar un mejor inmueble en el Vaticano que el amplio departamento en el último piso de un edificio en los jardines del Vaticano, con una terraza que tiene vistas directas a la cúpula del templo y al hotel donde reside el papa Francisco.
El departamento de 300 m2, donde vivió la mano derecha del pontífice anterior, se veía incluso mejor tras una reforma que costó 422.000 euros. ¿Quién pagó la cuenta? La fundación del Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús), que recauda dinero para niños enfermos en el “hospital del Papa” en Roma.
Una investigación reciente de la agencia Associated Press reveló una pesquisa secreta del Vaticano en 2014 que descubrió que durante una dirección anterior, el hospital se había “centrado más en los beneficios” que en la atención a los pacientes. Ahora, las reformas en el piso del cardenal Tarcisio Bertone han derivado en un juicio penal que arroja luz sobre cómo se gastó parte de ese dinero.
El Vaticano llevará hoy a juicio al ex presidente del hospital, Giuseppe Profiti, y al ex tesorero del centro, Massimo Spina, acusados de desviar donaciones destinadas al hospital para renovar la residencia de Bertone. El tribunal del Vaticano, situado apenas a unos metros de la residencia en cuestión, advirtió que los dos acusados serán juzgados en ausencia si no se presentan.
Se trata de un nuevo escándalo financiero para el papa Francisco, que intenta acabar con siglos de turbios negocios en la ciudad - Estado más pequeña del mundo. Y coincide con la bochornosa salida del principal asesor financiero del pontífice, el cardenal George Pell, que regresó a su Australia natal días atrás para afrontar un juicio sobre acusaciones de abusos sexuales que habrían ocurrido hace años.
Profiti, al que Bertone nombró presidente del hospital en 2008, dijo que los 422.000 euros de la fundación del hospital utilizados para refaccionar la casa de Bertone fueron una inversión porque pensaba utilizar el lugar para actos de recaudación de fondos para el centro de salud. “La presencia de su ilustre eminencia como invitado en estos actos sería una garantía de éxito seguro en términos de participación y de retorno institucional y económico relativo”, escribió Profiti a Bertone en una carta del 7 de noviembre de 2013 sugiriendo la idea.
El directivo propuso que se celebrasen los actos en la casa de Bertone, con su magnífica vista y su cercanía al Papa para “dar una mayor sensación de exclusividad y privilegio” a posibles benefactores. Bertone accedió sin tardanza, y respondió que él mismo se encargaría de asegurar que “terceros” -y no la fundación- pagarían cualquier renovación necesaria. No está claro qué ocurrió con esos “terceros”, pero el propio Bertone gastó 300.000 euros de su propio dinero por las obras además de los 422.000 que aportó la fundación.
El sucesor de Bertone como secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, indicó que el juicio demuestra la transparencia que el papa Francisco quiere llevar a las finanzas de la Iglesia católica. Bertone no ha sido acusado ni está bajo investigación, aunque se benefició personalmente de las donaciones. Tras la explosión del escándalo en 2015, Bertone hizo una “donación” de 150.000 euros al hospital para investigación, pero insistió en que no tenía ni idea de que la fundación hubiera pagado su reforma. De forma similar, no se acusó a la empresa constructora Cartelli Re ni a su propietario, Gianantonio Bandera, colaborador de Bertone desde hace tiempo y que recibió casi un cuarto de millón de euros por todo el proyecto.
Profiti y Spina están acusados de “emplear de forma ilícita dinero propiedad de la fundación Niño Jesús para beneficiar a Bandera”. El departamento es del Vaticano, pero se asignó a Bertone para su uso personal tras su jubilación como secretario de Estado del papa Benedicto XVI en 2013. (AP)
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE