Un caso clave

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Francisco Guerrero fue asesinado de un tiro al resistirse a un robo en 66 y 116. Iba de la mano con su novia cuando aparecieron dos motochorros que los amenazaron a mano armada.

Fue a última hora del viernes 3 de abril de 2015, el día siguiente a haber cumplido 28 años. Después de un festejo modesto con sus compañeros de residencia, planeaba reunirse con sus amigos.

Con la mente puesta en lo que vendría, y tal vez con el recuerdo de situaciones pasadas, el médico se mantuvo firme cuando los motochorros le exigieron su billetera. Se negó y no les dio nada.

Aunque hubo versiones acerca de que Guerrero metió una mano en el bolsillo para darles lo suyo, lo concreto fue que a uno de los delincuentes no le tembló el pulso para dispararle y asesinarlo en el acto.

“Les grité: ‘Por favor no lo maten’, pero lo hicieron igual. Le tiraron al pecho”, lamentó su novia, quien dice no encontrar consuelo para entender que él ya no estará con ella. “Lo mataron por nada. ¿Cómo es posible que no esté conmigo?”.

Todo lo que tenía lo había logrado a partir de su esfuerzo: hacía artesanías y hasta llegó a vender licores, todo para solventarse la carrera, de por sí sacrificada. De ahí que fuera entendible su visión ante la inseguridad: “Si me vienen a robar, no les voy a dar todo así nomás”, decía.

 

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