Un proyectil de gran alcance

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El lanzamiento de un nuevo misil por parte de Corea del Norte, que Pyongyang calificó de intercontinental aunque otros países lo pusieron en duda, centró ayer la atención sobre la diferencia entre un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) y otros tipos de proyectiles, generalmente de cabeza nuclear.

Los ICBMs cuentan con un cohete de lanzamiento, un sistema de dirección incorporado, y varias ojivas. Su alcance es de al menos 5.500 kilómetros y puede superar los 10.000.

Son cohetes de dos o tres etapas que alcanzan en poco tiempo velocidades de hasta 30.000 kilómetros por hora. Las “etapas” son sucesivas plataformas de propulsión que se van activando una detrás de otra para aumentar su alcance y pueden funcionar con combustible sólido o líquido.

A medida que consumen su combustible, las etapas se desprenden y caen a la Tierra o se incineran en la atmósfera por fricción con el aire. La cabeza del misil, a partir de ese momento, puede compararse a una bala de cañón: continúa describiendo una parábola en el espacio a una altura de hasta 1.000 kilómetros y vuelve a entrar en la atmósfera poco antes de alcanzar su objetivo.

Estos misiles se asocian normalmente con las cabezas nucleares, pero teóricamente pueden llevar también otras armas de destrucción masiva, como las químicas o biológicas.

Hasta hace sólo unos años, los únicos países que tenían misiles con un alcance de más de 10.000 kilómetros eran China, Rusia, EE UU y Reino Unido. Sin embargo, expertos en defensa norteamericanos creen que Corea del Norte ha desarrollado desde entonces la tecnología necesaria para lanzar misiles a esa distancia, lo que le permitiría incluso alcanzar territorio de EE UU. El misil lanzado por Norcorea ha sido bautizado como Hwasong-14 y, según los expertos, puede alcanzar los 6.700 kilómetros, lo que le permitiría llegar hasta Hawai o Alaska. (TELAM)

 

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