Dime que pasaste por el quirófano y no te podré decir quién eres

La nueva cara de Esther Goris reflotó la obsesión de algunas estrellas por hacerse “retoquecitos”

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Si estas famosas fueran figuritas del reconocido juego de mesa ¿Quién es quién? (en el cual, a través de preguntas sobre características faciales un participante debe adivinar qué persona le tocó a su contrincante), los fabricantes tendrían que renovar, al menos cada año, su carta en la competencia, pues son tantas las modificaciones que le van haciendo a su rostro con las cirugías estéticas que a veces cuesta creer que puedan mutar tanto.

La reaparición de Esther Goris en la televisión fue el disparador de un sinfín de comentarios acerca de lo cambiado que estaba su rostro, justamente a causa de las cirugías estéticas. Como invitada al programa “Pamela a la tarde”, donde la actriz brindó su opinión sobre la actual gestión de gobierno, habló sobre el manejo del INCAA y de su nueva película sobre la vida de Tita Merello (“Yo Soy así, Tita de Buenos Aires”, de la cual forman parte también Mercedes Funes, Damian De Santo, Mario Pasik, Ludovico di Santo y Andrea Pietra), su transformación acaparó la atención de los televidentes, que se manifestaron en las redes sociales, criticando a Goris por haberse “arruinado” de esa manera.

“Se infló los pómulos tanto que parece que tuviera la cara cortita, ¿era necesario deformarse así?”, “¿qué le pasó? ¿Está leudando?”, “increíble, a ver si aceptamos el paso del tiempo y dejamos de maltratarnos con tanto cirujano”, “¿reacción alérgica? atracón con medialunas?” fueron sólo algunos de los duros comentarios sobre el aspecto de la actriz, muy recordad por su papel de Evita en la película de 1996 “Eva Perón: la verdadera historia”, junto a Víctor Laplace encarnando a Perón.

Pero lo más llamativo de esta situación es que muchas figuras del espectáculo argentino se someten al bisturí, transformándose tanto rápido como paulatinamente hasta llegar a no parecerse nada a su versión original.

El nuevo rostro de Esther Goris fue un motivo para hacer un rápido repaso de las exponentes argentinas que aman la cirugía pero, muy contradictoriamente a lo que se ve, parecen no asumir su paso (en numerosas ocasiones) por el quirófano.

El primer nombre que se le viene a cualquiera a la cabeza es, sin dudas, el de Luciana Salazar. Reina de las operaciones, no solamente se tocó su cara sino que su cuerpo contiene silicona a montones. Luli, que el próximo 7 de noviembre cumplirá 37 años y seguramente ya tendrá a su hija Matilda (concebida a través del tratamiento de vientre subrogado), nunca pudo asumir las numerosas intervenciones que se hizo y es recordada en el medio, por una contestación que le dio a Mirtha Legrand, cuando la diva le preguntó cuántas cirugías estéticas se había hecho: “No tengo cirugías en la cara, son truquitos de maquillaje nada más”. Sin comentarios...

Otra rubia que cambió drásticamente fue Wanda Nara: Desde aquella aparición con los calzoncillos de Diego Maradona (que hace poco ella misma reveló que eran unos “nuevos”) la botinera madre, casada en primeras nupcias con Maxi López y luego con Mauro Icardi, tiene una cara irreconocible en relación a la que se le vio cuando hizo su aparición en la farándula, a mediados de 2004.

Jesica Cirio, a punto de ser madre por primera vez junto a su esposo Martín Insaurralde, de una bebé a la que nombrarán Chloe, mutó totalmente desde su aparición en el medio, y si alguien repasa las fotos de sus comienzos, descubrirá a una persona totalmente diferente.

Otra de las transformaciones emblemáticas es la de Vicky Xipolitakis, que llega a un nivel extremo de mutación, casi similar al de Charlotte Caniggia, que prácticamente pasa todos los meses por el quirófano, cosa de la cual se percata cualquier ser humano, como su madre Mariana Nannis, que le advirtió: “Tiene una manía, va a quedar como Michael Jackson”.

 

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