De día y de noche, los comerciantes del Centro están acorralados por el delito
Edición Impresa | 6 de Septiembre de 2017 | 04:07

De distintas maneras y a cualquier horario, trabajar en negocios del Centro significa hacerlo en peligro y expuesto a los ladrones. Por lo menos, a partir de los casos registrados en las últimas semanas. Solamente ayer hubo tres episodios que sucedieron en un radio de pocas cuadras.
El más dramático se vivió en la esquina de 10 y 49, en un negocio de ropa para niños. A las 15, entró un hombre a preguntar el precio de un buzo y después se fue. Media hora más tarde, el mismo hombre regresó a robar.
Tenía entre 50 y 60 años. Con el pelo castaño y entrecano, el delincuente hacía el gesto de llevar escondida un arma debajo de un camperón. En el negocio había cuatro empleadas -una de ellas embarazada de siete meses- y una clienta con su hija de tres años.
La mayoría de las seis víctimas no entendía nada cuando oía gritar al hombre. Lo creyeron un loco o un desubicado. Recién cuando comprendieron que era un asalto, obedecieron su orden de ir hacia los probadores, para que permanecieran ahí. La maniobra fue tensa y hubo gritos cruzados.
Aunque una de las empleadas le había dado la plata de la caja, el ladrón igualmente revisó el mostrador y se terminó yendo con ese dinero de cambio, al cabo de 10 minutos de haber entrado. Nadie logró ver si lo estaban esperando afuera. Sólo unos testigos notaron que se iba a pie, sin imaginar que acababa de cometer un robo.
a 150 metros
Casi a la misma hora, un ladrón de unos 25 años entró con el mismo propósito en un negocio de indumentaria de 9 entre 47 y 48. De nuevo, hizo la mímica de tener oculta una pistola para amedrentar a una mujer de 30 años.
De esa forma, consiguió apoderarse de unos 500 pesos que había en la caja, según datos policiales. En el medio de la maniobra, “mostró que llevaba una mochila en la que llevaba más plata” que supuestamente había robado antes, explicó una compañera de la víctima.
A la empleada, según contaron en el lugar, no la golpearon ni encerraron. El asaltante que actuó allí quedó filmado por las cámaras de seguridad.
La duda quedó planteada respecto de si los dos delincuentes tenían algún tipo de conexión o si decidieron adrede robar al mismo tiempo, muy cerca. Es uno de los aspectos que investiga la policía de la jurisdicción.
a la madrugada
Por otra parte, a la madrugada se produjo un robo de ropa de mujer ubicado en 49 entre 9 y 10. La dueña del comercio, Jorgelina Mendivil (34), contó a EL DIA que “lo sorprendente es que el sistema de alarma del negocio no detectó la presencia de ninguna persona, lo cual es bastante raro”.
Los intrusos ingresaron a robar “por el frente del local, donde doblaron la cortina y luego destrozaron el vidrio de blíndex de la puerta de entrada”. Ya dentro del negocio, los delincuentes “se llevaron de la caja registradora los 2.000 a 3.000 pesos que había, además de un celular y algunas mercaderías”.
Ahí mismo, el martes de la semana pasada entraron delincuentes a cometer un asalto. Aquello fue a las cinco de la tarde y en ese momento atendía una empleada, cuando entraron cinco pibes de entre 10 y 17 años.
Uno de estos ladrones amagó con sacar un arma y enseguida otros se apoderaron de la plata de la recaudación, pero también del dinero que tenía una empleada en su billetera y su celular. A la víctima la dejaron encerrada en el baño.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE