El Papa llamó a evitar “las tinieblas del odio y la venganza”

Fue ante más de un millón de personas que presenciaron su primera misa al aire libre en Bogotá

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BOGOTA.- Ante más de un millón de personas que presenciaron su primera misa en Bogotá, el papa Francisco advirtió ayer al pueblo colombiano sobre “las tinieblas de la sed de venganza y del odio”, al tiempo que criticó a quienes “se toman la justicia por su cuenta” y convocó a todo el país a “considerarse hermanos”.

En el segundo día de su visita, el Pontífice volvió a plantear el eje de la reconciliación y su rechazo “a la tentación de venganza” que había afirmado en su discurso frente al presidente Juan Manuel Santos. “Aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo”, afirmó Jorge Bergoglio frente a un mar de camperas y pilotos que, tras una tarde de lluvias intermitentes, llenaron de colores las 4 hectáreas del Parque Simón Bolívar.

“Las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas. A todas esas tinieblas Jesús las disipa y destruye con su mandato en la barca de Pedro: ‘Navega mar adentro’”, agregó luego, tras recorrer en papamóvil el enorme pulmón verde del centro de la capital colombiana. Las autoridades estimaron que 1.100.000 personas asistieron a la misa.

En ese marco, los alrededores del Parque no quedaron exentos del “Modo Papa” en el que vive la ciudad desde la llegada de Bergoglio en la tarde del miércoles. Afiches medianos a 1.000 pesos colombianos (menos de un dólar), llaveros y pins a 5.000 (casi dos dólares) y las más buscadas camisetas de la selección colombiana con el “10 de Francisco” a 30.000 (10 dólares) eran algunos de los recuerdos que tenía en venta Harold en un puesto ambulante en el puente que cruza en las calles 68 y 26.

Gloria Pongutá, en cambio, llegó a las 7 de la mañana, cumpliendo las recomendaciones de la alcaldía local de no llevar ni botellas de vidrio ni paraguas. “Colombia te necesitaba, Francisco”, gritaba aún cuando el papamóvil techado con matrícula SCV 1 ya había pasado frente a ella, con un Bergoglio de evidente buen humor. Kelly Villalobos fue otra de las fieles que hizo fila desde temprano para no quedarse afuera del inmenso parque en el que tras la misa 44 capillas repartieron hostias para que 400.000 fieles comulgaran.

Francisco, en tanto, mientras 220 obispos y cardenales de toda la región lo escuchaban bajo el altar principal, enfatizó su mensaje de unidad para los colombianos. “Hace falta llamarnos unos a otros, hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria”, les pidió.

Antes de la misa, en un cara a cara con 62 obispos latinoamericanos, había pedido a los religiosos que se dediquen a “educar al perdón y a la reconciliación”, anticipando el eje de lo que será hoy su histórica visita a Villavicencio para plantar un árbol por la reconciliación y hablar luego de las víctimas y victimarios que darán sus mensajes sobre los años del conflicto armado entre el gobierno y las FARC.

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