Un día en La Frontera, donde mandan los cuatriciclos
Edición Impresa | 10 de Enero de 2018 | 01:41

ENVIADAS ESPECIALES
Textos: LAURA LÓPEZ SILVA
Fotos: DOLORES RIPOLL
Los amantes de los cuatriciclos, de circulación prohibida en las áreas urbanas, tienen su espacio exclusivo en Pinamar. En La Frontera, un área alejada unos 3 kilómetros del centro de la ciudad, se armó un circuito de acceso público donde se les está permitido manejar entre los médanos y que ya es un clásico.
Esa zona del balneario es prácticamente virgen y desde la cima de las dunas el paisaje encanta con la inmensidad del mar.
Para alquilarlos, media hora se cobra entre 500 y 700 pesos según el vehículo
Las familias se instalan con sus camionetas y gazebos para pasar el día de playa
Para acceder allí hay que cruzar el bosque o entrar desde la playa y sólo es posible hacerlo en vehículos 4x4 o a pie, teniendo en cuenta que hay que cruzar un par de médanos.
La belleza del lugar sólo queda interrumpida por el ruido de los motores, que claro, es música para los oídos de los fierreros.
“Venimos todos los veranos en familia”, cuenta Sofía San Miguel, mientras su hermana ayuda a la abuela a bajar un cuatriciclo para entrar al parador. “Somos de Junín, nos gusta andar con estos ‘bichos’ y por eso hacemos playa en esta zona”, agrega. Las tres están sin casco, pero explican la causa inmediatamente: “Estamos acá cerquita y la nona quería venir al baño. Pero siempre usamos casco. Hace unos años, cuando estaba permitido circular por el centro tuve un accidente y me quebré una pierna. Después de eso te das cuenta y tomás todos los recaudos”, argumenta.
Quienes no tienen cuatriciclos propios pueden romper el chanchito y alquilarlos desde las 10 hasta las 18.30 en dos puestos a la entrada de La Frontera.
Los precios varían de acuerdo al tamaño y potencia del vehículo y el tiempo de uso. Media hora de manejo cuesta 500, 600 o 700 pesos; y el valor de una hora es de 850, 1000 o 1100 pesos.
“A esta altura del mes, el año pasado alquilaba 15 vehículos por día, ahora si llego a 6 es mucho”, dice Nora Podestá, encargada de uno de los puestos de alquiler, como otro reflejo de la poca gente que hay en Pinamar. “No es que ahora todos tienen cuatriciclos, porque bajás a la playa y ves que hay espacio de sobra. Hay un poco más de movimiento durante los fines de semana porque la gente viene por pocos días”, cuenta Podestá que si bien celebra el buen clima que está haciendo, espera algún día nublado o fresco para repuntar un poco el negocio: “Si está medio feo tenemos un poco más de clientes, pero hasta ahora ni eso”.
Si bien esta es la única zona donde se puede andar en cuatriciclos, acá también vienen a manejar motos y otros vehículos 4x4 en la arena. Las familias se instalan con sus camionetas y gazebos para pasar el día de playa entre vuelta y vuelta sobre ruedas.
Además de algunas empresas automotrices que tienen allí paradores para mostrar sus vehículos y ofrecer distintos servicios a los turistas, se ve una importante presencia policial. Son varios los puntos de vigilancia dispuestos en todo el perímetro de La Frontera que tiene por premisa evitar que los menores de edad manejen solos los cuatriciclos y controlar el uso de cascos de los conductores.
La prevención es clave y las estadísticas indican que con el aumento de los controles disminuyó el número de accidentes e inseguridad en esta zona de Pinamar. “Ha bajado notablemente la cantidad de choques y heridos, hasta hace cuatro años esto era un descontrol. Hoy podemos decir que en lo que va de la temporada no tuvimos un solo incidente vial ni robos”, dice un agente de la Policía Bonaerense apostado en la playa a bordo de una unidad UTV.
Además de controlar el uso de cascos y los menores al volante, “también estamos atentos a la velocidad, a que no se corran picadas. Es difícil porque la gente está de vacaciones y muchas veces piensan que pueden hacer cualquier cosa, pero tratamos de generar conciencia. Cuando detectamos que hay un menor manejando solo un cuatriciclo, lo retenemos hasta que venga a buscarlo un adulto. Igual, por suerte, la mayoría cumple las normas”, agrega el agente policial.
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