Asaltó a quintero y quiso huir con su camioneta, pero chocó

Estaba armado y se metió en un sembradío con un auto que se quedó varado. Trató de llevarse la Ford F 100, pero tampoco pudo

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En medio de la imparable ola de asaltos en el cordón hortícola regional, un sujeto quiso llevarse ayer una camioneta a punta de pistola, pero terminó reducido por el quintero al que acababa de amenazar en su propio sembradío de Olmos. El detenido es un panadero de la localidad bonaerense de Ezpeleta.

Sucedió a las 10 de la mañana en un campo situado en 615 y 185, donde varios hombres trabajaban en una plantación, bajo un sol que no les daba tregua.

En eso vieron con asombro que se acercaba un Peugeot 207 de color gris que nada tenía que hacer en el lugar y, de hecho, terminó varado en el medio del terreno.

La insólita secuencia no terminó ahí, ni entonces, ya que el único ocupante bajó apurado del coche y encaró directo hacia donde estaba un productor al que las fuentes identificaron como Oscar Ruiz, de 37 años.

Amenazándolo con un arma, le quitó la camioneta Ford F 100 para seguir escapando, pero la maniobra no le salió bien: “Avanzó unos pocos metros antes de embestir un montículo de madera”, explicó un jefe policial.

Ruiz y sus compañeros aprovecharon esa circunstancia para reducir al ladrón y desarmarlo, mientras uno llamaba al 911 para pedir ayuda.

Fueron al lugar los policías de la comisaría Decimoquinta y del Comando de Patrullas, quienes debieron intervenir para calmar la bronca de los quinteros.

Ayudó a eso el rápido traslado del detenido a la comisaría, junto con el arma -una pistola 22 milímetros con su marca suprimida- y 16 cartuchos intactos del mismo calibre, señalaron las fuentes en su reporte. Se incautaron también del Peugeot 207 en el que se movilizaba el imputado que, contra todos los pronósticos, no tenía pedido de secuestro.

“Suponemos que venía de cometer algún otro robo y que se le complicó la fuga”, estimó un pesquisa consultado por este diario.

Al hombre, que acusó trabajar como panadero en Ezpeleta, le imputaron el delito de “tentativa de robo automotor agravado por el empleo de arma de fuego, tenencia ilegal de arma de fuego y daños”.

La iracunda reacción de los productores responde a la seguidilla de asaltos violentos que viene castigando al sector desde hace mucho tiempo, aunque recrudeció a partir de diciembre.

El miércoles a la madrugada, una banda de delincuentes asaltó a dos familias en sus quintas de 436 y 214 y se cree que pudo haber actuado la misma banda de polichorros que atacó a quinteros de Olmos, en las últimas dos semanas.

Para entrar en las propiedades de las víctimas, les envenenaron los perros, y a ellas las maniataron, golpearon y amenazaron hasta que por fin escaparon con 120 mil pesos, celulares y una bicicleta.

La organización que tiene a mal traer a esta zona suele usar chalechos antibalas y una saña que no reconoce límites.

 

 

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