Un tambero que llegó a la Comuna de forma insólita

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A Jorge Fernández le dicen “El Loco” en el peronismo, un apodo que lejos de remitir a algún parecido o forma de proceder con el técnico Marcelo Bielsa, tiene que ver con sus posiciones que rara vez coincidían con los jefes territoriales de la Cuarta sección electoral a la que pertenece Lincoln. Fernández cultivó una postura independiente que le valió no pocos enfrentamientos con quienes ostentaron durante años la hegemonía seccional: Julián Domínguez y Florencio Randazzo, también distanciados entre sí. Con posturas muchas veces altisonantes, su llegada a la Comuna en 2003, no estuvo exenta de suspenso y sobresaltos: debió ir a un desempate con el radical Manuel Solana cuando el recuento definitivo quedó estampado en 6.387 votos para cada uno. En aquél entonces, Fernández recibió el fuerte apoyo del presidente Néstor Kirchner, lo que terminó inclinando la balanza en su favor. Acaso aquél antecedente lo haya acercado al kirchnerismo y en lo que pudo haber sido una devolución de gentilezas, terminó siendo uno de los pocos dirigentes del interior que recibió en su distrito a Cristina Kirchner durante la campaña electoral del año pasado. Fernández, le abrió las puertas del tambo cuya propiedad comparte con su hermano para que la ex presidenta se mostrara en una zona rural bonaerense, una de las pocas actividades que realizó en el Interior donde Cambiemos la derrotó por un amplio margen.

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