Ayahuasca, la pócima “sanadora”

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Denominada a partir de una palabra quechua que significa “liana” o “soga de los espíritus”, la ayahuasca es un preparado hecho con plantas que crecen en la selva amazónica: una es la ayahuasca propiamente dicha -que es una liana- y la otra es la chacruna -un arbusto de hojas verdes y alargadas-. Para llegar al brebaje final, la mezcla se hierve en agua durante varias horas.

En nuestra ciudad hay al menos dos lugares en los que se realizan ceremonias para tomar esta pócima de la medicina ancestral peruana. Allí se llevan a cabo encuentros mensuales, de los que participan unas diez personas, en los que un “chamán” guía el rito, convida la bebida y entona a los asistentes sus “ícaros” -canciones- hasta el amanecer. Luego se comparte un desayuno, y quienes lo desean cuentan su experiencia, que según revelan los propios maestros de ceremonias es diferente para cada persona.

EL DIA se comunicó con dos chamanes para realizar esta nota. Uno de ellos estaba de viaje. El otro accedió a contar algunos detalles, pero preservando su identidad. “Creo que para hablar de la ayahuasca hay que probarla; actúa diferente en cada persona”, sentencia, acreditado por sus “más de treinta años” estudiando plantas para “expandir la conciencia y obtener conocimiento”.

“Desde hace un tiempo el tema de la ayahuasca es un poco ‘new age’; eso genera que cualquiera convide la planta”, dice, y recuerda que él aprendió de su maestro, un ayahuasquero peruano, que le enseñó toda la tradición de la etnia Ashaninca.

“La gente viene a la ceremonia porque está perdida espiritualmente” enumera: “hay otros que vienen porque tienen una enfermedad; otros vienen sólo por curiosidad... Luego de una entrevista, si noto que están en condiciones de tomarla y quieren hacerlo, los acepto para que vengan a la ceremonia. Hasta al más desprevenido se le puede presentar el genio de la lámpara, pero hay que saber qué preguntarle”.

Pero para participar del evento, no sólo es necesaria la preparación mental; es indispensable realizar, durante los tres días previos, “una dieta lo más sana posible, consumiendo solamente frutas, vegetales y cereales, evitando las carnes, picantes, fritos, conservas, lácteos y alcohol”.

“El día del rito, hay que desayunar de manera frugal, almorzar y después solo beber líquidos” se precisa: “también hay que abstenerse de mantener relaciones sexuales durante las 48 horas previas”.

Al ser consultado acerca de su etiqueta de “chamán”, el platense explica que “esa es una muletilla; una forma con la que se mencionan en las etnias amazónicas las personas que guían este tipo de ceremonia. Ante todo soy una persona experta en plantas, que gracias a mis conocimientos sobre ellas puede viajar por todo el mundo compartiendo algunos saberes”.

 

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