La cocina de droga hallada en Berisso, ¿una pista sobre una desaparición en el '97?

Para el ex fiscal Rubén Sarlo, la actividad de narcotraficantes en la zona cercana al río no sería algo nuevo, si no que se remontaría a muchos años atrás con una modalidad de entrega de "paquetes" sobre el río, mediante vuelos y con hornos como señalética. El letrado cree que la desaparición de esos tres hombres estaría vinculada al hallazgo fortuito de uno de estos bagallos

El hallazgo de una cocina de droga de en Berisso, hecho que tuvo lugar la semana pasada, generó que en las últimas horas comenzara a tejerse una relación con un caso que se inició hace poco más de 20 años en un sector de dicha localidad. 

Se trata de la desaparición de Walter Neves, José Luis García y Julio Bueno, tres pescadores que fueron vistos por última vez el 23 de marzo de 1997, en las inmediaciones de un balneario de Berisso. 

Así lo sugiere el ex fiscal Rubén Sarlo quien afirma que la actividad de narcotraficantes en esta zona no sería algo nuevo, si no que se remontaría a muchos años atrás, antes de 1988 específicamente, aunque no bajo la modalidad de instalación de laboratorios para estirar droga. 

Según explicó en diálogo con JUSTICIA EN PRIMERA PERSONA, antes de la cocina que se descubrió recientemente en la zona habría funcionado una especie de despacho de droga que era "entregada" por aviones. 

El mecanismo, según expuso, constaba de vuelos que dejaban caer una carga sobre los diferentes cursos de agua, actividad que se habría llevado acabo mayormente durante la noche.

Es más, en base a recolecciones de datos que él mismo realizó cuando era secretario, Sarlo precisó que para que los pilotos supieran con exactitud cuál era el lugar en el que debían hacer la entrega, en tierra se prendían fuegos en hornos que, vistos desde el cielo, hacían las veces de balizas. 

Para el ex fiscal Rubén Sarlo la desaparición de tres pescadores se relaciona con el caso de las cocinas en el hecho de que pudo haber sido uno de esos paquetes lo que selló el destino de aquellos hombres que nunca más fueron vistos. 

Sarlo apunta a la posibilidad de que las tres personas que se encontraban pescando en un bote en la zona se toparon fortuitamente con uno de estos paquetes llamados en la jerga como "bagallos" y que, tras tomarlo, pudieron haber sido ultimados por las personas que debían recibir ese cargamento. 

"Personalmente, creo que tres personas no desaparecen así. ¿Cuál era la hipótesis primaria de la investigación? Que esta gente (los tres desaparecidos) no estaba en ninguna cuestión rara pero que al entrar al río a pescar pudieron haber visto estos bagallos flotando y quizás levantaron alguno. Y bueno, según me contaron, eso no se hace en el río. Les pudo haber costado la vida. Pero claro, con estas apariciones eventuales con posterioridad realmente nos quedamos todos absortos porque dijimos qué pasó con esta gente" explicó.

Sarlo defendió su postulado señalando que "en aquella época (por 1997), dos o tres meses después desaparecieron otras tres personas. El río generalmente devuelve en cualquier lado pero con el tiempo después de la putrefacción del cadáver. En este caso no los había devuelto. Los otros tres (los del segundo caso) los devolvió. Ahí se quemaron las naves".   

La semana pasada, con el operativo "aguas blancas", la Policía de la provincia de Buenos Aires desarticuló una banda dedicada a vender droga en diferentes puntos del sur del Conurbano. 

En uno de los procedimientos ordenados por la Justicia se descubrió que este grupo criminal había instalado una cocina a la vera del canal Santiago de Berisso, a la que accedían a bordo de un semirrígido 

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