Es deber incrementar ventajas que aparejó la electrificación del tren

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Costos más baratos y mayor comodidad. Con esta conocida y simple fórmula el tren entre La Plata y la ciudad de Buenos Aires vio subir en un 30 por ciento la cantidad de pasajeros, en los doce meses que lleva la electrificación completa del ramal. A pesar de que faltan obras complementarias y que algunas otras se encuentran en curso de ejecución, el servicio ferroviario demostró sus bondades. Su crecimiento exponencial derivó, a su vez, en una baja del uso de los automóviles y del transporte automotor, tal como quedó evidenciado en un informe publicado ayer en EL DIA.

Después de décadas de espera de la electrificación, superadas ya las etapas de las locomotoras a vapor o impulsadas por diesel, con las formaciones subordinadas a una energía más rápida, más económica y más amigable con el medio ambiente, el ferrocarril reinició su servicio el 18 de octubre de 2017 y no sólo logró achicar los tiempos de viaje, sino que creció sustancialmente el número de pasajeros que lo utiliza en forma cotidiana.

En la nota publicada un vecino de Villa Elisa sintetizó las ventajas, al aludir a la mayor velocidad con que se desplazan los trenes, la baja notable de los costos –ya que, dijo, con poco más de 10 pesos diarios va y vuelve de su trabajo- y que todo ello le permite dejar su auto particular para cuestiones muy puntuales. Desde luego que, también, para quienes no poseen un automóvil las tarifas ferroviarias son más baratas que los pasajes de ómnibus.

Asimismo son dignas de mención las declaraciones a este diario del presidente de Trenes Argentinos Operaciones, que consideró un orgullo haber devuelto el servicio a La Plata con coches eléctricos, cómodos y seguros. Confirmó que después de un año, aumentó en forma significativa la cantidad de personas que viaja –unos 70 mil pasajeros por día- y aludió a las inversiones que se realizan para el nuevo taller en Tolosa, que permitirá el debido mantenimiento del material rodante.

Lo cierto es que, más allá de las asignaturas pendientes, como la instalación del techo en la Terminal platense, las mejoras alcanzadas son sustantivas e inscriben al servicio en un nivel de consonancia con el resurgimiento del ferrocarril que se registra en todo el mundo, muy especialmente a partir de la creciente saturación de las redes camineras por el explosivo crecimiento del parque automotor.

El menor precio de los pasajes, el desplazamiento más fácil de los trenes en lugares densamente poblados, entre muchas otras, son ventajas intrínsecas que, sumadas al mínimo nivel de confort y de seguridad que los pasajeros merecen, le otorgan al ferrocarril cualidades únicas como medio de transporte ideal para esta época.

En el caso específico de nuestra región, el incesante crecimiento del parque automotor ha hecho que, en muy pocos años, la traza de la Autopista La Plata-Buenos Aires se encuentre atestada y en vías de un inminente colapso. De allí que resulte bienvenida esta reaparición del ferrocarril, pero ahora bajo la forma de un servicio modernizado. La incorporación de otras variantes –como, por caso, la habilitación de los trenes rápidos o semirrápidos entre La Plata y Constitución- acentuarán estos sustantivos beneficios derivados de la electrificación.

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