Vino a visitar a su novia desde Uruguay y está muerto: acusan al ex de la chica

Tenía 49 años y se movilizaba en silla de ruedas. Su pareja denunció que el ex marido entró en la casa, los obligó a tomar pastillas y alcohol apuntándoles con un rifle, y lo asfixió con una bolsa. El hombre fue detenido

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Una bolsa de nailon, una soga, una manguera, alcohol y psicofármacos. Todos estos elementos estaría implicados en la muerte de un ciudadano uruguayo de 49 años que estaba de visita en la casa de su novia, en el barrio San Carlos.

El testimonio de la chica, única y principal testigo, complicó a su ex pareja, un remisero de 59 años que fue detenido poco después del hallazgo del cuerpo, no muy lejos de la escena. En la casa de este hombre, situada también en el barrio, secuestraron un rifle automático con balas y guantes de látex, entre otros elementos.

Ante la Policía el hombre habría admitido que estuvo en el domicilio de su ex esposa y que le apuntó al visitante con un arma, pero aclaró que no lo había matado. Esos dichos no tienen validez legal, salvo que los repita ante el fiscal. Por ahora quedó aprehendido por “homicidio y tenencia de arma de fuego”, ya que, al parecer, no pudo justificar la tenencia del rifle.

Este tremendo caso salió a la luz alrededor de las 7.15 de la mañana de ayer, cuando una mujer de 32 años, también uruguaya, llamó al servicio de emergencias 911 para denunciar que su novio, Fernando Waldemar Torres Guerra (49), estaba muerto.

Los primeros policías que acudieron a su vivienda situada en 140 entre 49 y 50 encontraron a Torres Guerra tirado de espaldas al lado de la cama, desnudo y sin lesiones visibles. No parecía la escena de un crimen, pero el relato de la mujer hizo sospechar que eso era. El despliegue de patrulleros de la subcomisaría La Unión, policías del Gabinete de Homicidios de la DDI y peritos de Científica, lo confirmaron.

“nos drogó”

La mujer relató que horas antes, durante la madrugada, su ex pareja irrumpió “en forma violenta y con un arma de fuego”, reduciéndolos a ella y a su novio, que “había venido de visita”, explicó un jefe policial. Torres Guerra tenía domicilio en Uruguay y dificultades motrices: usaba una silla de ruedas y un auto adaptado, que ayer a la tarde seguía estacionado en la vereda de la casa donde murió. La mujer tiene dos hijos pequeños -un varón de 9 años y una nena de 3-, que en ese momento estaban en la casa de su padre, con los hijos mayores (de otro matrimonio) del ahora detenido. Según el relato de la joven, el agresor los “obligó a consumir psicofármacos y alcohol”, para luego colocar una bolsa de nailon en la cabeza de Torres Guerra.

La chica explicó que ella vislumbró esa escena en estado semiconsciente, por lo que no pudo asegurar si el atacante asfixió a su novio con una manguera del gas o si lo estranguló con una soga. “El hombre era discapacitado y aparentemente estaba casi desmayado”, apuntó un pesquisa, lo que haría pensar una nula resistencia. Será la autopsia, prevista para hoy, la que revelará las causas y circunstancias de la muerte.

En la escena se encontraron distintos tipos de pastillas (medicamentos) y “objetos para juegos sexuales”, reportaron los voceros.

La mujer fue trasladada al hospital San Roque de Gonnet para ser tratada por la intoxicación que presentaba, aunque antes aportó la información con la que los investigadores salieron en busca de su ex marido. Un grupo se apostó cerca de la casa, en 139 entre 41 y 42, mientras otros se desplegaban por la zona.

Alrededor de las 10.30 lo interceptaron en 44 y 141, después de que salió de su vivienda “mirando en todas direcciones, se subió a su coche y salió a alta velocidad, cruzando semáforos en rojo”, relató una fuente con acceso a la causa.

Lo trasladaron a la subcomisaría La Unión, donde se abrió la causa caratulada, en un principio, como averiguación de causales de muerte y recalificada luego como “homicidio”.

El hombre, que tiene 59 años, es remisero y padre de los dos hijos de la mujer que lo denunció, vestía al momento de su captura las mismas prendas que tenía puestas cuando presuntamente cometió el crimen, según la descripción que hizo la principal testigo.

Los peritos preservaron sus manos para analizarlas y buscar, debajo de las uñas, rastros de la víctima del ataque.

el allanamiento

A instancias de los instructores de la UFI 8 - en turno- los policías allanaron “por necesidad y urgencia” la casa del remisero, donde secuestraron un rifle automático marca Batán modelo Súper 54 del calibre .22, sin numeración visible, con seis cartuchos en el cargador y uno en la recámara, por lo que sumó a la causa el cargo de “tenencia de arma de fuego”. Se incautaron, además, de un par de guantes de látex de color negro y un pedazo de manguera.

El acusado será indagado en las próximas horas. Mientras tanto, los detectives escucharon la declaración que hizo su ex mujer, en un intento por reconstruir la tremenda secuencia, aunque reconocen que “todo el caso es complejo” y la chica, hasta anoche, continuaba en shock y confundida por la ingesta de los psicofármacos.

La joven de 32 años fue trasladada al hospital de Gonnet, intoxicada por la ingesta de pastillas

41
personas fueron asesinadas en la Región este año. De ese total, 33 fallecieron en el contexto de peleas o conflictos familiares, vecinales o ajustes de cuenta. Cinco fueron asesinadas en un robo. Y tres fueron mujeres, dos asesinadas por los hijos y una por su ex pareja.

 

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