Saladillo: el hombre murió decapitado y buscan la escena primaria del crimen

Los forenses confirmaron que Luis Domínguez estaba vivo cuando le cercenaron la cabeza con un cuchillo filoso o un machete

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Luis Roberto Domínguez (66), el hombre que apareció asesinado en Saladillo 24 horas después de que atacó a tiros a su ex pareja y a la hijastra, murió decapitado por una faca, un cuchillo filoso o un machete. Según el informe forense, el corte se lo hicieron entre las vértebras C4 y C5 cuando aún estaba vivo, entre las 23.30 del lunes y las 3 de la mañana del martes pasado. Se sabe también que el cuerpo tiene algunas heridas punzantes en una mano y en la zona del pulmón, aunque los médicos descartaron que hayan sido mortales, trascendió de fuentes judiciales.

Mientras tanto, los investigadores de la DDI La Plata procuran localizar la escena primaria del homicidio, es decir, el sitio donde mataron a Domínguez antes de descartar su cuerpo en un baldío de Bonifacio Alisal y Armendáriz, en las afueras de Saladillo y a unos 900 metros de la casa de María Rosa Abal (62) y su hija, Marisa Vanesa Moreno (29).

Las mujeres fueron baleadas a las 5 de la tarde del lunes en Hipólito Yrigoyen al 3900, donde, según figura en la causa, Domínguez hizo al menos 5 disparos con un arma calibre 22. Uno de los proyectiles alcanzó a María Rosa a la altura de la escápula izquierda, mientras que otro golpeó y fracturó un dedo de la mano izquierda de Marisa y otros tres impactaron en distinto lugares de la vivienda.

“Estamos todos conmocionados”, dijo a este diario Jorge, un vecino de la zona que recordó el crimen de Marisol Oyhanart, que a cuatro años de ocurrido todavía sigue impune.

Alicia, otra vecina, resaltó que el ataque a tiros del lunes pudo ser todavía peor, ya que en la casa de Abal estaba durmiendo el hijo menor de edad de Marisa, quien resultó ileso.

Tras la denuncia de las víctimas la policía salió en busca de Domínguez, aunque recién volvieron a tener noticias suyas 25 horas después, por un hallazgo inesperado. Fue a las 6 de la tarde del martes, cuando un matrimonio que se disponía a limpiar un terreno lindero a su casa se acercó, intrigado, al sitio en el que su perro mordisqueaba concienzudamente algo.

“Al principio la mujer pensó que era un muñeco, pero después vio que era un humano y le faltaba la cabeza”, relató Jorge, allegado a esa pareja.

Desde la fiscalía encabezada por Patricia Alejandra Hortel reconocen que en aquel terreno no fue donde mataron a Domínguez, sino que es el sitio que eligieron para descartarlo: no hay suficiente cantidad de sangre, pero sí se observaron signos de arrastre.

Otro perro trasladó una parte del cráneo y en los fondos del taller lindero se hallaron más trozos que permitieron reconstruirlo. Al perro le hicieron una placa radiográfica y se analizaron muestras de materia fecal y vómitos, ante la posibilidad de que hubiera ingerido algún proyectil, detalla el diario La Síntesis, de Saladillo. Es que el arma hallada en el terreno de la calle Alisal tiene capacidad para seis balas y el tambor estaba vacío.

Ese sector fue rastrillado de nuevo en las últimas horas, en busca de nuevas evidencias. No hay detenidos, aunque con el paso de las horas se refuerza la hipótesis de una venganza.

 

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