Por NICOLÁS NARDINI.- Un platense que jugó como un Titán

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Por NICOLÁS NARDINI
nnardini@eldia.com

El hombre de la tarde en el partido de la Bombonera fue el héroe menos pensado. La millonada de dólares pagada por River puso y pone al platense Lucas Pratto bajo una lupa especial, de un aumento casi desproporcionado. Los números de aquella operación que los de Núñez cerraron el Sao Paulo, su anterior club, pusieron al delantero nacido en estas diagonales bajo una presión exorbitante. Y ayer, cuando ya muchos habían dejado de confiar en él, apareció en todo su esplendor pagando con sudor, jerarquía, gol y sacrificio cada uno de los dólares que los millonarios pagaron por él.

Son días en que, de manera merecida (de hecho en la víspera volvió a anotarse en la red), se trazan paralelos acertados entre la carrera y los dotes del inigualable Martín Palermo y Darío Benedetto, por los goles milagrosos del Pipa en la presente edición de la Copa Libertadores de América.

Sin embargo, el verdadero Titán en la primera Súper Final vistió de rojo y blanco y tuvo una banda en el pecho. Pratto fue merecedor de la mejor puntuación de este diario. Sin dudas, fue el hombre más gravitante en una finalísima en la que hubo otros puntos altos en cuanto a rendimientos individuales. Pero la analogía entre el “Oso” y el “Loco” va mucho más allá de la comparativa entre sus valencias futbolísticas.

¿Por qué? Porque fue casualmente Martín Palermo el que confió en las condiciones goleadoras de un ignoto Lucas Pratto allá lejos y hace tiempo, cuando la figura de la primera “final del mundo” se hacía un lugar en el fútbol en las divisiones juveniles de Defensores de Cambaceres. Era un pibe de buen físico, potente y que jugaba bastante más retrasado en el campo en comparación con lo que fueron sus años posteriores en el fútbol profesional. En aquel momento, el goleador platinado se transformó en una suerte de tutor de la carrera de Pratto y, aprovechando su calidad de ídolo supremo en la Ribera, se lo llevó desde las humildes canchas de Ensenada al fútbol amateur xeneize, por aquellos años el más y mejor organizado del país.

En inferiores fue campeón y goleador, empezó a ganarse un nombre, pero aún con el padrinazgo del “Titán”, chocó contra la pared más de una vez en Boca para consolidarse en la primera división.

Se vio obligado a saltar por varios clubes hasta llegar a su punto máximo en Vélez Sarsfield, donde alcanzó, quizás, el mejor nivel de su carrera. Después llegó su consolidación en la liga brasileña pre-Mundial 2014, aquella inflada de reales y dólares que contaba con figuras y sueldos casi en un mismo nivel que las grandes ligas de Europa. Desde allí saltó a la Selección (ciclo Bauza) y en el pináculo de su carrera jamás de su olvidó de su querido Cambaceres, al que vuelve cada tanto para realizar acciones benéficas.

Llegó el momento de su salto a River por una suma millonaria y en Núñez, hasta ayer, aún seguían mirándolo de reojo. Sin embargo, en el partido más trascendente de su vida, apareció en toda su dimensión, como tantas veces lo hizo su mentor Palermo, aunque con la camiseta del rival de toda la vida de los de azul y oro.

El Titán, en el primer chico de la finalísima de la Libertadores, fue Lucas Pratto. Quién hubiera dicho que aquel pibe en el que Palermo confió para sumarlo a las juveniles de Boca, años después rechazado en el equipo principal de la Ribera, sería quien ahogaría la posibilidad de triunfo boquense ante su gente.

Gallardo le tiró la responsabilidad de cubrir todo el frente de ataque y el Oso no le esquivó al bulto. Se puso el traje de protagonista e incluso jugó por él y por un apagado Borré, el peor hombre del millonario. El delantero platense definió con gran sabiduría en el 1 a 1 transitorio y después fue partícipe necesario del autogol de Izquierdoz, quien la metió en su propio arco ante la desesperación por evitar la intervención del centrodelantero de River. Pratto tuvo su actuación consagratoria con la camiseta de River. Fue el jugador más determinante de la cancha. Lo que se dice un verdadero Titán.

 

 

 

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