Perpetua para dos jóvenes que mataron a un profesor en un asalto en La Matanza

Dos jóvenes fueron condenados hoy a prisión perpetua tras haber sido declarados culpables por un jurado popular del crimen de Maximiliano Taranto (29), un profesor de inglés y estudiante de Historia asesinado durante un asalto cometido el año pasado en la localidad de Gregorio Laferrere, partido de La Matanza.

Fuentes judiciales informaron que las penas recayeron en Franco Estrella (25) y Lucas Jimenez (23), quienes el pasado viernes habían sido declarados por un jurado popular culpables de homicidio criminis causae -cometido para ocultar otro delito y lograr la impunidad- y tenencia de arma de guerra.

Tras ese veredicto unánime, el titular del Tribunal Oral Criminal 4 de La Matanza, Franco Fiumara, resolvió esta tarde las penas a aplicar, que fueron las mismas que solicitó en su alegato el fiscal del juicio Carlos Alberto Luppino. La defensa de los acusados, a cargo de Marcelo Sansone, en tanto, había requerido la absolución de ambos o, subsidiariamente, que fueran condenados por homicidio simple.

El juicio comenzó el jueves pasado en un salón de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), donde el jurado pudo acceder a la prueba documental que se exhibió en una pantalla y escuchó la declaración de los testigos del crimen de Taranto.

El viernes, los doce ciudadanos pasaron a deliberar durante alrededor de 40 minutos acerca de las opciones que les había dado el juez: si se trataba de un homicidio simple (8 a 25 años), en ocasión de robo (10 a 25 años) o criminis causae (que prevé perpetua).

El jurado se inclinó por la última opción, sumada a una tentativa de robo agravada por el uso de arma de fuego.

El crimen fue cometido el 2 de mayo del año pasado alrededor de las 22.30 en la puerta de una vivienda situada en Encina al 2400, entre Piedra Buena y Zapata, de Gregorio de Laferrere, donde Taranto residía junto a su familia.

El profesor acababa de llegar de la facultad, donde cursaba la Licenciatura en Historia, cuando fue sorprendido por dos "motochorros" que iban armados y se movilizaban en un Scooter.

En esas circunstancias, Taranto forcejeó con uno de los delincuentes para evitar el robo y recibió un disparo en el rostro que le produjo la muerte.

 

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