Un patachorro entró a robar en una casa donde cenaba una familia y los dejó sin el asado

Fue en 92 entre 115 y 116. Amenazó a una mujer y a sus pequeños hijos con una cuchilla. Robó también $1.500 y objetos de valor

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La cena que en la noche del lunes mantenía una mujer de 37 años con sus dos hijos de corta edad, en su casa de Villa Montoro, impensadamente se interrumpió de manera violenta.

El responsable de esa situación fue un delincuente que irrumpió en esa vivienda de 92 entre 115 y 116, para transformar a ese tranquilo momento familiar en una escena donde el pánico se apoderó de las víctimas.

No era para menos. Es que el asaltante primero rompió la cerradura de la puerta de entrada, a la que enseguida derribó de una furibunda y certera patada. Luego amenazó con una cuchilla a la madre de los chicos de 9 y 5 años, mientras la insultaba y le ordenaba que le entregara todo el dinero.

Una de las protagonistas de la escena, Romina Farah (37), confirmó ayer en una charla con este diario que el asaltante los sorprendió alrededor de las 21.30, “cuando yo cenaba con mis dos hijos mientras esperábamos a mi marido. De repente sentimos un estruendo muy fuerte”, recordó: era el desconocido tirando abajo la puerta de calle de un golpe seco, “pese a que es de chapa reforzada”, apuntó.

La mujer supo rápido que la situación iba a tornarse por demás compleja, porque el maleante -de quien dijo que aparentaba tener entre 25 y 30 años- “enseguida me insultó y me pidió el celular. Le comenté que se estaba cargando en mi pieza y me hizo ir con él para ese sector”.

MIEDO EXTREMO

Cuando Romina supuso que el delincuente se limitaría a apoderarse de ese aparato y exigir que le entregara dinero, el desconocido realizó una maniobra que le hizo vivir los instantes más difíciles e inciertos.

“Se me abalanzó y me corrí para esquivarlo. Ahí me desesperé, porque hasta pensé que quería violarme delante de mis hijos”, aseguró, antes de aclarar que “por suerte no volvió a intentarlo”. El miedo, sin embargo, no cedía: “Tenía terror de que quisiera lastimarnos con la cuchilla”, reveló.

El acoso del ladrón pasó luego a circunscribirse al pedido de dinero y objetos de valor.

“Me decía, ‘vos tenés plata, hija de puta’”, Contó Romina, quien lo invitó a “mirar la casa y el barrio donde vivo”, para que cayera en la cuenta de que en ese lugar no podía encontrar grandes sumas.

Para tratar de calmar al asaltante, que no paraba de insultarla, la mujer le entregó 1.500 pesos que guardaba dentro de un libro. “Quiso llevarse el televisor de 50 pulgadas que tenemos colgado con una estructura de soporte y tornillos, pero como no pudo arrancarlo de la pared, de bronca lo destrozó”.

Con ese dinero, una tablet, una máquina agujereadora y el celular de la damnificada, el delincuente también quiso engrosar el botín con “una Play Station vieja que mi marido tenía que arreglar. Pero al final la dejó, porque quería los joystick y no los tenemos”.

Contrariado, el ladrón optó entonces por llevarse comida de la heladera.

“Nos llevó del freezer un pollo de campo y chorizos que iban a ser parte del asado que íbamos a comer en la parrilla el próximo fin de semana”, lamentó. Del asaltante, por ahora, no hay rastros.

 

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